"Durante 25 minutos pude hablar no solo con el presidente Piñera, sino también con otros miembros de su delegación", dijo Soler a la AFP después de su reunión con el mandatario chileno al anochecer de este miércoles en una residencia diplomática de Chile, tras el cierre de la cumbre de la Celac.
"La entrevista se celebró en una casa de la embajada de Chile cerca de Pabexpo", el centro ferial donde se realizó la cumbre de Celac, poco después de que Piñera estrechara su mano con el presidente peruano Ollanta Humala.
La delegación chilena a la cumbre no ha confirmado el encuentro hasta ahora.
Soler tuvo que esperar cinco horas, debido a demoras en la cumbre y al encuentro bilateral que Piñera mantuvo con Humala, antes de entrevistarse con el presidente chileno, pues había sido citada al mediodía en las oficinas de la Embajada de Chile, en otro sector de La Habana.
Luego de algunas horas fue llevada en un automóvil de la delegación a la residencia donde se entrevistó con el mandatario, su ministro de la Presidencia, Cristián Larroulet, y otros funcionarios. En esta cita no participó la mandataria electa chilena, la socialista Michelle Bachelet, quien viajó con Piñera a Cuba y asistió a la cumbre.
Después de la reunión con Soler -uno de los rostros más visibles de la oposición en Cuba-, Piñera y su comitiva fueron a cenar a un restaurante privado de La Habana antes de dirigirse al aeropuerto José Martí para regresar a Santiago.
Piñera fue el único mandatario extranjero en reunirse con un disidente cubano, pero diplomáticos de Costa Rica también se reunieron este miércoles con el disidente a href="http://search.infobae.com//Elizardo-S%C3%A1nchez" rel="noopener noreferrer" Elizardo Sánchez/a y otra activista.
No hubo de inmediato reacciones de las autoridades de Cuba a ese encuentro, donde toda oposición es ilegal y el gobierno comunista acusa a los disidentes de ser "mercenarios".
Más temprano, el chileno también visitó al cardenal Jaime Ortega, el cardenal que pide por los presos políticos en la isla. "La entrevista estuvo muy bien, con mucha cortesía", dijo el cardenal a la prensa y recordó que en febrero de 2009 también recibió a Michelle Bachelet, cuando visitó Cuba siendo presidente de Chile. Bachelet, ahora presidente electa, viajó a La Habana con Piñera, pero no asistió a la visita al cardenal antes de integrarse a la cumbre. El mandatario chileno no habló ni antes ni después de la entrevista de una hora diez minutos.
Ortega dijo que no estaba sorprendido por la visita, pues "en Chile hay una relación muy fluida con la Iglesia y es natural que ellos (los presidentes chilenos), al venir a otro país, siempre visiten a figuras de la Iglesia".
Ortega encabeza la Iglesia católica de la isla, la cual ha salido de su aislamiento de años y ha pasado a ser la institución independiente más influyente del país. En años recientes, negoció con el presidente Raúl Castro la liberación de presos políticos, aconsejó al Gobierno sobre política económica y consiguió la publicación de revistas eclesiásticas con artículos cada vez más francos sobre la necesidad del cambio.
Ortega utilizó su púlpito para criticar el sistema político en Cuba y pidió una mayor libertad política y económica, pero también trató de alejar a la juventud de lo que describió en un discurso en 1998 como un "tipo de subcultura de Estados Unidos que invade todo".