Dio el salto de calidad que su carrera pedía. Una tenista de la talla de Stanislas Wawrinka siempre mereció más. La consagración en el Abierto de Australia ante el monstruo Rafael Nadal es un punto de inflexión para el suizo, que a pesar de tener 28 años tuvo que esperar hasta esta final para ser un "grande".
A los 15 años, un jovencito apodado "Stan" cambió a todos sus profesores de la escuela por un único maestro. Se dedicó por tiempo completo a escuchar a Dimitri Zavialoff, su primer entrenador de tenis. El sueño de triunfar con la raqueta se acrecentó cuando ganó la versión ijunior/i de Roland Garros 2003 con 18 años.
En el circuito profesional se dejó ver como un talento. Es uno de los pocos revés a una mano, una especie en peligro de extinción. Juega a ser un gran sacador, agresivo, con tiros de fondo directos.
La victoria de Wawrinka en Australia lo coloca como tres del mundo y rompe con el dominio de Nadal, Federer, Djokovic y Murray
El cambio más importante fue en 2010. Zavialoff, el hombre que lo acompañó desde chico, dejó de ser su entrenador. Decidió que era momento de crecer y pulir los detalles que le faltaban para pelear con los mejores. Apostó por el sueco Peter Lundgren. También se separó de su esposa, con la que volvería al año siguiente.
En ese 2011 recuperó una posición en el top-20, que no había ocupado desde 2008, cuando había sido campeón olímpico de dobles con Federer. Su relación con Roger es de amistad, pero deber ser difícil estar bajó su sombra. Suiza siempre fue Federer, sin dudas.
En 2013 consiguió nuevo entrenador. Magnus Norman estaba sin empleo por que había estado como coach de Robin Soderling, que tras mostrar buen potencial, no regresó al circuito desde que contrajera una severa mononucleosis. Norman, antiguo finalista de Roland Garros como jugador, se hizo cargo de Wawrinka. Ambos con hambre de gloria.
iStan/i cerró el año con un título de ATP 250 en Portugal, y habiendo llegado a los cuartos de final del Grand Slam francés y quedado entre los cuatro mejores del US Open. Comenzó el 2014 con un título en al ATP 250 en Chennai, India, y así llegaba a Melbourne.
Como octavo preclasificado, sacó al kazajo Golubev en primera ronda y eliminó al colombiano Alejandro Falla en segunda. Se deshizo del canadiense Popospil en tercera ronda y del español Tommy Robredo en los octavos de final.
En los cuartos de final tuvo que batallar con Novak Djokovic, que jugaba el certamen como campeón defensor tras quedarse con las ediciones 2011, 2012 y 2013. Una parada difícil que siguió con el checo Tomas Berdych en semifinales.
El tatuaje de Wawrinka muestra que la solidez anímica es imporante para él. La necesito para vencer a Nadal
Su triunfo ante Nadal cortó la hegemonía de dueños del circuito. Ha logrado acabar con la dictadura de Nadal, Federer, Djokovic y Murray. El suizo hizo lo que Del Potro (US Open 2009) y Marat Safin (Australian Open 2005), últimos ganadores de un Grand Slam que rompieron la tradición de los otros cuatro, lograron.
Además, la victoria ante Nadal en el último partido fue su muestra de fortaleza mental. En su brazo, un tatuaje con las palabras del escritor irlandés Samuel Beckett que dicen "Ever tried. Ever fail. No matter. Try again. Fail again. Fail better" (¿Lo intentaste? ¿Fracasaste? No importa. Vuélvelo a intentar. Fracasa otra vez. Fracasa mejor) hablan de lo importante que es para él la solidez anímica.
Con eso, con mentalidad ganadora, se hizo "grande". Ganó el primer Grand Slam de su carrera y trepó al tercer lugar del ranking mundial. Hoy el suizo número uno no es Federer, es Stanilas Wawrinka y el tenis suizo también lleva su nombre.