La Coalición Nacional Siria (CNFROS) y el Gobierno de Bashar al Assad no se sentarán en la misma mesa de negociaciones en la primera fase del proceso de paz que empieza el viernes en Ginebra, según dijo este jueves el dirigente de la alianza opositora Monzir Akbik.
El mediador de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Lajdar Brahimi, había anunciado que este jueves se reuniría por separado con las delegaciones opositora y gubernamental para intentar convencerlas de que negociaran directamente, algo que, según Akbik, no consiguió.
"Las delegaciones de la oposición y el régimen no se van a sentar en la misma mesa. Van a estar en salas separadas y no van a hablar directamente, sino a través del mediador Brahimi", afirmó Akbik, miembro de la delegación de la oposición en las negociaciones.
Según dijo, lo primero que se va a discutir al inicio de las conversaciones este viernes 24 de enero por la mañana en la sede de la ONU es el calendario y los plazos de estas negociaciones, que se estructurarán en diversas fases.
"Las conversaciones no serán continuas. Habrá pausas, pero no serán muy largas. Seguramente serán unos días de negociaciones y unos días de parate", adelantó a la prensa.
Sobre las expectativas de estas negociaciones, anticipó que la prioridad de su delegación es acordar "medidas de confianza" que sirvan para poder avanzar después en su "objetivo principal" para este proceso, que es el establecimiento de un gobierno de transición.
Esas medidas de confianza deberían ser, según él, "un alto el fuego, el establecimiento de pasillos humanitarios en las ciudades que el régimen mantiene asediadas para matar a su población de hambre y la liberación de los detenidos para evitar más torturas". "Vamos a hacer todo lo posible para salvar vidas y evitar más derramamiento de sangre con una solución diplomática", aseveró.
Otras demandas menos inmediatas de la oposición son el establecimiento de la libertad de prensa y de manifestación, que allanen el camino hacia "una Siria libre y democrática, que es el objetivo del Comunicado de Ginebra 1", documento que es la base del proceso de paz. "El proceso debe cumplir con las aspiraciones del pueblo sirio, que son pasar de la muerte a la libertad", agregó.
Desde el comienzo de la revuelta pacífica contra el régimen, en marzo de 2011, que terminó en la presente guerra civil, la violencia dejó más de 130.000 muertos y 2,4 millones de refugiados. Bashar al Assad es el presidente de Siria desde 2000. Reemplazó a su padre después de haber sido designado candidato por el Partido Árabe Socialista Baaz, que es el partido único en el país. Su padre, Hafez al Assad, había tomado el poder por medio de un golpe de Estado en 1971, después de participar en gobiernos militares desde 1963.