Para un político británico, las inundaciones "son culpa de los gays"

David Silvester, del Partido de la Independencia de Reino Unido, afirmó que la aprobación de las bodas homosexuales "enojó" a Dios. Declaraciones de una de las agrupaciones más polémicas de Europa

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El concejal de Oxfordshire, David Silvester, publicó una carta en un diario local con su polémica teoría. Tan controversial fue el argumento que incluso el ultraderechista Partido de la Independencia de Reino Unido (UKIP) se escandalizó y lo suspendió.

"Las escrituras dejan extremadamente claro que la nación cristiana que se aparte de la fe y actúe en contra de la palabra de Dios y en flagrante violación del juramento real será tachonada de desastres naturales como tormentas, enfermedades, pestes y guerra", escribió Silvester en su artículo, publicado por el diario Henley Standard.

En la carta, el suspendido dirigente recuerda que en 2012 le advirtió al entonces premier David Cameron que ocurrirían "desastres" si se aprobaba la ley de matrimonio homosexual. "Pero siguió adelante a pesar de una petición con 600.000 firmas de cristianos y de que más de la mitad de sus propios diputados dijeron que no debía hacerlo", se ofuscó.

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"Es culpa suya (de Cameron) que gran parte de la nación esté padeciendo tormentas e inundaciones", sostuvo. Además, acusa al ex primer ministro de "actuar con arrogancia contra la palabra de Dios, que tan grande hizo a Gran Bretaña". "La lección que debemos aprender es que ningún hombre, no importa lo poderoso que sea, puede contradecir a Dios Todopoderoso con impunidad", agregó.

Silvester, de 72 años, militaba en el Partido Conservador, pero se pasó al UKIP tras la aprobación del matrimonio homosexual. Según Europa Press, desde el propio UKIP aseguran que sus opiniones no son las del partido e incluso un grupo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales del UKIP ha manifestado su satisfacción por su suspensión.

El presidente del partido, Nigel Farage (el mismo que decidió la suspensión), también es conocido por hacer declaraciones explosivas. En una de sus últimas entrevistas, calificó a la Unión Europea como "una especie de eructo en la cara de la historia, tratando de salir adelante mientras el número de Estados nación no deja de crecer en todo el mundo"

"Queremos salir de la UE y, para ello, reclamamos un referéndum lo antes posible. Es preferible un divorcio amistoso a que los británicos sean profundamente infelices en la casa común de la UE. Una casa fría, con escasa democracia en su interior y ubicada en un entorno muy perjudicial para el crecimiento económico. Un desastre, vamos", sentenció.

La formación es el nido de la ultraderecha británica. La crisis ha favorecido el crecimiento de estas facciones en toda Europa. Marine Le Pen, en Francia y Geert Wilders, en Holanda, completan el tridente antieuropeo del continente.