Días atrás, una mujer evitó un robo con el uso del gas pimienta cuando ingresaba a su casa en Campana. Dos delincuentes querían robarle el auto, y ella decidió luchar en vez de rendirse y huir. Tuvo éxito: los ladrones se fueron y la mujer salió ilesa, tal como lo muestra este video.
¿Cómo es que un individuo elige su reacción cuando se enfrenta con una situación de peligro? Según la Lic. Beatriz Goldberg, psicóloga y escritora, la reacción tiene mucho que ver con la personalidad del individuo. "Si es alguien un tanto agresivo puede estar pensando, ´si me pasa algo, puedo usar mis métodos naturales'", dijo la especialista consultada por Infobae. Pero también existen estrategias alternativas. "Hay personas que son más organizadas y no quieren usar los métodos naturales, quieren tener algo preparado y utilizarlo cuando sea necesario".
La reacción de una persona también puede reflejar su sitación personal: si está casada, si tiene hijos, etcétera, explicó Goldberg. Por ejemplo, si un padre de familia se enfrenta con el riesgo con sus hijos al lado, tal vez reaccione con el fin de protegerlos. Si el hombre está solo, tal vez no responda a la agresión para evitar abandonar su familia si lo lastiman o muere. La entrevistada aseguró que elegir la reacción puede ser una cuestión de autoestima, es decir, ¿qué efecto cree la persona que tendrá en los demás si algo malo le sucediera?
Goldberg se refirió a la "huella mnémica", algo inconsciente que queda implantado en la memoria cuando alguien "registra" un miedo. Esto quiere decir que, por ejemplo, si un hombre fue asaltado durante una noche lluviosa, es posible que lleve ese precedente consigo inconscientemente. Si luego se enfrenta con algún riesgo y otra vez está lloviendo, el hombre tal vez esté más dispuesto a huir porque tiene un miedo ya existente de situaciones peligrosas que ocurren en la lluvia.
A pesar de esta información, es tentador concluir simplemente que unos individuos son más valientes que otros. Pero reaccionar al riesgo no es necesariamente una cuestión de coraje, explicó al Infobae el Dr. Juan Tesone, médico psiquiatra y psicoanalista. "Quizás, más bien se trate de una reacción de sobrevida", sostuvo. "Ante una agresión la persona evalúa rápidamente, aún a riesgo de equivocarse, si es preferible dar lucha o no".
Por eso, es imposible generalizar las diferentes respuestas de las personas cuando se enfrentan con situaciones peligrosas, pero lo que sí podemos aplicar a todas son las reacciones corpóreas de alerta que les suceden. En momentos de lucha o huida el sistema simpático dispersa químicos, tales como adrenalina, noradrenalina y cortisol. Según Tesone, estas hormonas aumentan la tensión arterial, la glucemia y la tensión muscular y, también, provocan la dilatación de las pupilas, sudoración y aceleración del latido cardíaco y de la respiración.
Finalmente, Tesone volvió a la huella mnémica como un factor significativo con respecto a los miedos de un individuo. "La experiencia que induce una vivencia provoca un efecto disruptivo en el psiquismo, ya sea por lucha o por huida", explicó. "La persona puede elaborar esta experiencia o, por el contrario, puede adquirir un valor traumático con posterioridad al hecho, con el riesgo que se enquiste en el psiquismo de la persona y produzca -desde el fondo de su psiquismo- un efecto crónicamente deletéreo".
¿La solución? Hablar de lo que sucedió, según recomendó Tesone. Uno puede evitar el probable efecto traumático si trata de explicar qué le pasó, "ligando sus afectos a sus experiencias previas y al conjunto de su vida psíquica". Con eso, será más fácil actuar sin pensar en la situación anterior.