Un novedoso procedimiento en trasplantes ya se aplica en el hospital Garrahan

Por primera vez en Argentina, profesionales del hospital utilizaron un aparato de alta tecnología que obtiene la mejor calidad en células madre y que posibilitó el trasplante de  médula ósea de madre a hijo, un bebé con riesgo de vida

El hospital Garrahan dio un paso más en técnicas de trasplantes de médula ósea: la transfusión de células hematopoyéticas de madre a hijo con una tecnología innovadora en Argentina que disminuye significativamente el riesgo de rechazo del injerto contra huésped. El procedimiento fue hecho por primera vez en el país mediante un equipo adquirido por la institución pública pediátrica y genera, a partir de ahora, una nueva opción para ciertas enfermedades llamadas inmunodeficiencias primarias graves y para los casos más graves de leucemia que requieren un trasplante de médula ósea urgente, cuando no se dispone de tiempo suficiente para buscar donantes compatibles en los bancos nacional e internacional.

El 19 de diciembre pasado el equipo del laboratorio de Inmunología Celular y del Servicio de Hematología y Oncología tuvo la posibilidad de probar esta nueva técnica. El caso se dio en el Hospital de Niños de la ciudad de La Plata, donde un bebé de 18 meses necesitaba un trasplante urgente de médula ósea. La enfermedad que padece se denomina inmunodeficiencia combinada severa y los niños que la padecen son conocidos como "los chicos de la burbuja": son enfermedades genéticas que dejan al individuo sin inmunidad celular, sin la posibilidad de generar anticuerpos y reaccionar inmunológicamente. Es decir, mueren a causa de infecciones rápidamente, porque no tienen cómo defenderse. En el país, se detectan menos de 10 casos al año.

El caso requería de una actuación urgente. El bebé es de Rosario y no tiene hermanos, por lo que quedó descartada la primera opción de trasplante: entre hermanos la posibilidad de compatibilidad es de un 25 por ciento. La segunda opción es la búsqueda en el banco internacional de médula ósea, donde la posibilidad de encontrar un donante compatible asciende al 60 por ciento. El problema es que no había tiempo para esperar esa búsqueda y es entonces cuando entra en juego el trasplante haploidéntico: "haplo" significa mitad y este tipo de trasplante se da entre el progenitor y su hijo, con un 50 por ciento de compatibilidad genética.

Así, la única posibilidad era su madre: una chica de 16 años que decidió ser la donante de su hijo. Estos casos son más complejos, ya que hay menos posibilidades de que la médula "prenda" por las diferencias existentes entre las células de la madre y el hijo. El procedimiento utilizado para conseguir las células hematopoyéticas (madres) para el trasplante se llama hemoféresis y se llevó a cabo en el Servicio de Medicina Transfusional del Hospital Garrahan: consiste en la extracción de las células madre que circulan en el torrente sanguíneo.

Luego esa sangre es procesada, mediante el Clinimacs -el aparato de última tecnología- para separar los linfocitos T, las células que pueden generar el rechazo de injerto contra huésped, es decir que la médula ósea trasplantada ataque al organismo del bebé. La única forma que existe de realizar un trasplante haploidéntico, acá y en el resto del mundo, es con la separación de los linfocitos T.

"Hasta ahora habíamos hecho casos similares, pero con un proceso muy complejo, que incluía glóbulos rojos de carnero. Entonces, cuando nos llamaron del hospital de La Plata, terminamos de ajustar el Clinimacs y decidimos utilizarlo por primera vez para este trasplante", informó el bioquímico Jorge Rossi, a cargo del laboratorio de Inmunología Celular del Garrahan. Si se hubiera buscado un donante en la red internacional, el tiempo en hallarlo habría sido de seis meses, como mínimo. El Garrahan tardó dos meses en tener listos los insumos para el trasplante.

"Para nosotros fue muy importante la articulación y el trabajo en conjunto que realizamos con profesionales de otros hospitales. Eso nos permitió realizar la extracción de sangre a la madre y el procesamiento de esa sangre en el establecimiento y luego que el trasplante se realizará en La Plata, con la más alta calidad que se puede conseguir, no sólo acá si no en el mundo, de células madre para estos casos", explicó el presidente del Consejo de Administración del Garrahan, Marcelo Scopinaro.

El procedimiento

El año pasado, la bioquímica Raquel Mitchell, del equipo del Laboratorio de Inmunología Celular del Garrahan, viajó a Estados Unidos para capacitarse en la utilización del Clinimacs: así se llama el aparato que los doctores nombran familiarmente como "las columnas", ya que tiene columnas por las que pasa la sangre mientras se va procesando. La capacitación la realizó en el Hospital Saint Jude, de la ciudad de Memphis, uno de los hospitales pediátricos más importantes de ese país y donde se realizan trasplantes haploidénticos con la misma tecnología que, ahora, cuenta el hospital pediátrico argentino.

"Se trata específicamente de la separación de los linfocitos T -que son las células responsables de coordinar la respuesta inmune celular- de la sangre extraída al donante. El proceso se llama depleción celular T y consiste en disminuir enormemente el riesgo de la reacción llamada de injerto contra huésped en el receptor, por lo que la posibilidad de éxito del trasplante crece significativamente", informó el jefe del servicio de Hematología y Oncología del Garrahan, Pedro Zubizarreta.

"Este aparato puede definirse como un equipo de selección de células. El linfocito T es la célula inmune por excelencia para reconocer un organismo extraño. Con el Clinimacs podemos separarlos del resto de las células mediante un campo magnético donde quedan retenidos. Es un filtrado de la sangre, en el cual se eliminan los linfocitos que podrían agredir al niño y se concentran las células madre, lo cual resulta en el preparado de sangre que luego se trasplanta", explicó Mitchell. Esta vez estuvieron 18 horas realizando el filtrado hasta que la muestra fue liberada de los linfocitos T, minimizando el riesgo para el bebé. Es un proceso que debe ser controlado constantemente para asegurar la calidad del injerto.

Hoy, el niño se encuentra en recuperación internado en el hospital de La Plata y la mitad de la muestra de células madre, obtenida para el trasplante por el Garrahan, es guardada por si sufre una recaída. Sin embargo, los profesionales aseguran que la médula ósea prendió perfectamente en el organismo del bebé y que, hasta el momento, su evolución es buena.

La historia de la enfermedad del bebé trasplantado comenzó a los 3 meses de nacer, cuando el niño empezó a bajar de peso y a llorar sin parar, día y noche. Nadie sabía decirles qué tenía y la desesperación se apoderó de sus padres. Entre enero y abril de 2013 estuvieron junto al nene internado en el hospital rosarino Víctor Vilela donde, tras decenas de estudios le diagnosticaron deficiencia combinada severa y les dijeron que no había esperanza. Sin trabajo y sin saber qué hacer se resignaron a estar cerca de su hijo todo el tiempo que se pudiera. "Hoy, después de un diagnóstico tan desalentador, podemos decir que el bebé está con vida gracias a la tecnología, la gran capacidad de nuestros profesionales y la articulación entre dos hospitales públicos", enfatizó Scopinaro.

La técnica usada en este caso también puede usarse en otros tipos de trasplantes de médula ósea, como en el caso de las leucemias muy graves. Para eso, el hospital Garrahan presentó un proyecto ante el Instituto Nacional del Cáncer (INC) para estudiar e implementar el procedimiento de Depleción de linfocitos T del injerto y el desarrollo del trasplante haploidéntico para leucemias agudas.

"Uno de los objetivos principales es el desarrollo de una nueva metodología para el procesamiento del injerto que permita la realización de trasplantes de médula ósea haploidénticos en pacientes con enfermedades malignas hematológicas, con indicación de trasplante, y que no cuenten con un donante disponible en tiempo y forma", explicó Zubizarreta.

Se espera que este nuevo procedimiento no sea sólo aplicable a pacientes con leucemia aguda, sino también a otras patologías hematológicas no malignas (síndromes de insuficiencia medular) y también a otras enfermedades malignas no hematológicas (neuroblastoma y otros tumores sólidos), ampliando el arsenal terapéutico para estas patologías de muy pobre pronóstico y el número de pacientes beneficiados con el mismo. Por ahora, se encuentra en evaluación en el INC.