La intervención indirecta de la Anses con la venta de bonos sigue sin dar resultados para frenar la hemorragia de activos externos de la autoridad monetaria. Por el contrario, está siendo determinante en el resultado negativo de la variación de los títulos públicos externos.
La ausencia de reacción de un equipo económico sin ideas que puedan conducir a recrear la confianza que empresarios y familias le habían depositado en las últimas semanas de noviembre de 2013 se tradujo en crecientes tensiones en el mercado de cambios.
Para peor la aceleración del ritmo de devaluación del peso por parte de Juan Carlos Fábrega no logra traducirse en mejora de la competitividad del sector productivo, porque ante la ausencia de un plan integral que busque corregir los desaciertos de los últimos dos años, se volcó a precios y con esto alimentó la fuga de los ahorros a la compra de dólares en circuito libre.
Se intensifica la fuga de los ahorros a la compra de dólares en el circuito libre
En ese canal la divisa saltó 30 centavos en el día, a 11,25 pesos, en contraste con apenas cuatro centavos que subió el cambio oficial, a $6,765, con lo que la brecha entre ambos se amplió a más de 66%, que fue el gap con el que se despidió el anterior equipo económico.
De este modo, en la primera quincena de enero la autoridad monetaria acumuló una pérdida de u$s741 millones, más de una vez y media la caída de 286 millones de dólares que registró en similar período del año anterior.
Desde que asumió el nuevo equipo económico se estima que al Banco Central ingresaron unos u$s5.000 millones, a través del resultado positivo del intercambio comercial del orden de u$s1.700 millones, u$s500 millones del bono que colocó YPF, u$s932 millones que ingresó Chevron como cuota compromiso en la inversión en el Plan Piloto de YPF en el reservorio hidrocarburífero de Vaca Muerta y u$s1.830 millones de las cerealeras en concepto de prefinanciación de exportaciones.
En dos meses la sangría bruta superó los u$s7.300 millones
Contabilidad negativa
Pero el balance cambiario neto de la autoridad monetaria fue negativo en u$s2.296 millones, por efecto de la crecientes ventas a turistas y pagos de gastos de viajeros en el exterior, a los que se sumaron algunos vencimientos de deuda pública con organismos internacionales, como el BID y Banco Mundial y en menor medida de bonos públicos.
También operó en sentido contractivo la depreciación de las divisas que componen las reservas respecto del dólar y la baja de precio del oro y de los títulos públicos en la cartera del BCRA.
De ahí surge una diferencia entre los ingresos y la disminución neta de más de u$s7.300 millones, equivalente a un mes de importaciones y también de inversión bruta interna fija por parte del conjunto de los residentes, que explica la destrucción de empleos privados en el período.
Frente a este cuadro, ya no son pocos los economistas profesionales que arriesgan que en 2014 las reservas podrían caer tanto como en 2013 y así terminar por debajo de u$s20.000 millones, como cuando descendieron luego de haber hecho efectivo el gobierno de Néstor Kirchner la cancelación del saldo de préstamos del Fondo Monetario Internacional.