El viaje que Ricardo Echegaray hizo a Río de Janeiro con su familia a fin de año encendió la polémica a raíz del presunto ataque que allegados suyos habrían llevado a cabo contra un equipo del canal TN. A ello se sumó luego la sospecha de que habría ido acompañado por el empresario aduanero Jorge Lambiris, a quien él dijo sólo conocer de manera casual porque los hijos de ambos comparten colegio.
Tras la denuncia en la Justicia, el fiscal Rívolo dio inicio a la investigación con las primeras medidas de prueba, que consistieron en requerir que la empresa aérea que contrató el funcionario brinde información sobre el viaje.
Fuentes judiciales confirmaron a la agencia DyN que el pedido del fiscal está relacionado con la facturación de los vuelos. Pretende conocer cuánto costó, quién lo abonó y de qué forma.
A Echegaray se le atribuye la posible comisión de incumplimiento de los deberes de funcionario público, violación de la ética en el ejercicio de la función pública y negociaciones incompatibles con la función pública. Podría sumarse, además, el delito de dádivas (contempla hasta 6 años de cárcel) si se confirma que el empresario a quien debía controlar pagó los pasajes.
Rívolo envió a juicio al ex secretario de Transporte Ricardo Jaime por recibir dádivas de los titulares de la empresa TEBA, que tenía la concesión de la terminal de ómnibus de Retiro, y que le pagaban los alquileres de dos departamentos de lujo. También investigó al vicepresidente Amado Boudou en la causa Ciccone y fue apartado del expediente después de allanar un departamento del funcionario.
En una conferencia de prensa, Echegaray dijo que el viaje había sido pagado por su esposa y que fue solo con su familia y no en comitiva con los empresarios. También