Para la Justicia estaría casi probado que Priscila Lafuente fue asesinada a golpes por su madre, quien junto al padrastro intentó deshacerse del cuerpo quemándolo en una parrilla. Sin embargo, al no poder cumplir ese cometido, la pareja puso el cadáver en un cochecito de bebé y lo llevó hacia el arroyo Las Conchillas (en Berazategui), donde finalmente lo arrojó.
La reconstrucción inicial de los investigadores fue reforzada por un video registrado por las cámaras de seguridad del Municipio de Berazategui: en el material se ve a la madre y al padrastro de Priscila caminando mientras trasladan un carro de bebé; se cree que en ese momento llevaban el cuerpo para hacerlo desaparecer.
La hipótesis que maneja la Justicia, más precisamente el fiscal subrogante Carlos Riera, es que la madre, identificada como Silvia Beatriz Lafuente, una mujer corpulenta, sometió a Priscila a una feroz golpiza, que le provocó moretones y la dejó con heridas internas.
Según trascendió hoy, la pequeña no murió en el acto, sino que fue a descansar a su cama y a la mañana siguiente los hermanos se dieron cuenta de que la chiquita había fallecido; según las pericias, a la niña la mataron con golpes en la cabeza, dado que tenía un fuerte traumatismo de cráneo.
Cuando la madre de Priscila y su pareja, Pablo Verón Bisconti, efectivo de la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal -actualmente en disponibilidad-, comprobaron el deceso de la menor, decidieron enterrarla en el terreno que ocupaban.
La tarea se les complicó porque no contaban con una pala para cavar un pozo, por lo que fueron a pedirla prestada a una vecina, a quien, cuando les preguntó para qué la querían, le dijeron que era "para enterrar unos vidrios".
Como la mujer no les facilitó la herramienta, la madre de Priscila y su concubino decidieron quemar el cadáver en una parrilla que estaba ubicada en la parte trasera del terreno. Sin embargo, las brasas no lograron el cometido, por lo que la pareja tomó el cuerpo de la nena, lo cargó en un cochecito de bebé y lo trasladó hasta el arroyo Las Conchillas, donde finalmente lo arrojó.
En la primera audiencia de indagatoria a la que fueron sometidos, tanto la madre de la chiquita como su pareja se negaron a declarar ante el fiscal; de todos modos se estipuló que darán su testimonio este viernes.
La mujer está acusada de "homicidio agravado por el vínculo", que conlleva -en caso de ser encontrada culpable- una pena a prisión perpetua; en tanto, a Bisconti se le imputa el delito de "encubrimiento agravado", que tiene una pena de uno a seis años de cárcel.