¿Cómo hacer para que los chicos lean más?

Dos hermanos decidieron poner manos a la obra y revisar algunos de los puntos de contacto entre los niños y los libros.Las vacaciones son una buena oportunidad

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Soledad y Juan Fabrizio son jóvenes emprendedores que han heredado una pasión familiar: sus padres les han inculcado el gusto por la lectura y el trabajo junto a los más chicos para fomentar la capacidad y el desarrollo lingüístico de los niños, ofreciéndoles la oportunidad de experimentar sensaciones y sentimientos con los que disfrutan, maduran y aprenden.

Sin embargo, ambos notaron que para muchos chicos y en ocasiones, para los padres, los libros de lectura resultaban un material ajeno a la vida cotidiana. Lejos de buscar culpables o mirar con desconfianza a las nuevas tecnologías, decidieron poner manos a la obra y revisar algunos de los puntos de contacto entre los chicos y los libros.

Soledad -quien junto a Juan está al frente de ediciones Mawis, una editorial infantil con más de 30 años en el mercado-.asegura que "en la actividad narrativa los niños ríen, sueñan y viajan a otros mundos; comparten momentos gratos en familia reforzando así el vínculo con los padres". Por eso, ambos hermanos se propusieron acercar los libros a los chicos organizando jornadas de lectura en los Centros de Primera Infancia del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero con una particularidad: los propios padres o abuelos de los chicos eran los narradores, ante la mirada atenta de maestras y colaboradores. La prueba piloto involucró a más de 180 chicos de 2 a 3 años, muchos de ellos en situación de vulnerabilidad.

Los resultados fueron alentadores: ante la estimulación docente y familiar, los chicos respondieron con atención, sorpresa y entusiasmo. Emoción, alegría y gratitud, fueron algunos de los sentimientos de los padres luego de participar junto a sus hijos de una actividad que no siempre pueden realizar.

Mientras comía un trozo de manzana, Pablo de 3 años, buscó entre todo el material de lectura y convenció a sus amiguitos de comenzar con Peter Pan que, junto a Pinocho, el Gato con botas y varias historias de Piratas y Dinosaurios, ganaron la atención de la salita. Todos participaron activamente y respondieron las preguntas que abuelos y maestras intercalaban con la lectura. El único llamado de atención de Sandra, la directora del Centro "Mis primeros pasos" fue para las mamás que actuaban como narradoras: "Vamos chicas, a impostar la voz, a meterse en los personajes que los chicos necesitan tonalidades, expresividad y nada de relatos monocordes"-exclamó con presencia arrolladora-.

La docente, convencida de que este tipo de actividades replicadas en cada casa, refuerzan el vínculo familiar, se comprometió a organizar un taller de lectura de cuentos para padres: "Necesitamos que los padres transmitan sensaciones, que interpreten cada personaje. El libro es solamente la herramienta, pero el objetivo final es el acompañamiento, la estimulación y la incentivación de los más chiquitos".

Juan coincide en que a veces los chicos no leen porque los padres no pueden tomarse el tiempo para continuar lo que comienza en la escuela o en el jardín. Por eso, enumera los 5 tips que no fallan para incentivar la lectura:

1- Fomentar el contacto con el libro

En los primeros años de vida, la lectura debe ser empleada como una forma más de diversión y no como una obligación. Los libros no deben ser introducidos en el entorno cotidiano del niño sólo cuando empiece la escuela o esté aprendiendo a leer. El contacto debe empezar desde antes. Para esto se utilizan libros hechos con tela, cartón e incluso con material impermeable; por ejemplo los libros de baños indicados para el juego a la hora de la higiene.

2- Predicar con el ejemplo

Dentro del ámbito familiar, que es el círculo de mayor estímulo en los primeros años de vida, para los niños somos modelos, entonces es importante que ellos puedan vernos leer, y sentir que los momentos de lectura son de disfrute personal o compartido.

3- La biblioteca lista

Es muy importante que los libros tengan su lugar, ya sea en su habitación o en un espacio de la casa accesible para el niño. Cualquier situación puede actuar como disparador y motivar una consulta. La accesibilidad es un factor de fomento de la lectura que despierta la curiosidad.

4- Invitalo a participar de la lectura

Cuando termines de leer una historia, pedile que te cuente lo que pasó con algún personaje, o invitalo a adivinar lo que pasará al final. Aprovechá para hacer comentarios sobre las situaciones buenas y malas, y compará un fragmento de la historia con sus experiencias, haciéndole preguntas como: "¿Qué harías en su lugar?

5- Contenido adecuado para cada etapa

De acuerdo a la edad, los intereses van modificándose. Es importante tener presente esto, ya que los niños que se expongan a lecturas que no son acordes a su etapa pueden experimentar efectos negativos y desmotivantes a la hora de generar hábitos de lectura.

Cada niño tiene su tiempo de internalización de conceptos. Hay que respetar esos ritmos y no caer en un aprendizaje excesivo, lo que puede generar aburrimiento o frustración en ellos.

La práctica de la lectura favorece la capacidad de los niños de pensar por sí mismos, lo cual hace que puedan imaginar y crear libremente.