Al menos 56 personas, entre ellas 6 niños, murieron este domingo en el bombardeo aéreo de la aviación siria contra un barrio de Alepo controlado por los rebeldes, en el norte del país, según un nuevo balance proporcionado por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Cientos de personas murieron la semana pasada en Alepo en los bombardeos de la aviación siria que lanzó barriles de explosivos sobre esta ciudad, antiguo pulmón económico del país que ahora quedó reducida a escombros, de acuerdo con los relatos de activistas, médicos y otros testigos.
El Media Centre de Alepo, una red de periodistas ciudadanos, señaló que el bombardeo sobre Hanano fue especialmente mortífero ya que los barriles explosivos alcanzaron un autobús "sin dejar sobrevivientes".
El director del OSDH, Rami Abdel Rahman, dijo que el régimen del gobernante Bashar Al Assad "está intentando volver a la gente de las zonas opositoras contra los rebeldes". "Está matando y obligando a la gente a huir para garantizar este objetivo", agregó. "Atacaron a una caravana de automóviles en una carretera en Hanano, y muchos autos fueron destruidos. Había civiles ahí", lamentó.
Otros bombardeos aéreos golpearon los barrios rebeldes de Sajur, Ahmadiyed, Baideen y Ard al Hamra, también en la ciudad de Alepo, mientras que en la provincia homónima los pueblos de Marea y Atareb fueron objeto de ataques.
La Comisión General de la Revolución Siria, una red de activistas, describió "pánico y huidas masivas hacia el campo, a pesar del intenso frío". Esta comisión señaló que dos de las víctimas son trabajadores del sistema de ambulancias que murieron cuando intentaban ayudar a la gente herida.
Al menos 120.000 personas han muerto por la guerra civil en Siria y casi nueve millones han huido de sus hogares desde que comenzó el conflicto, hace dos años y medio. Pese a los intentos de la comunidad internacional para que haya una transición democrática, Al Assad insiste en mantenerse en el poder. Su familia gobierna en Siria desde hace cuatro décadas.