Después de una fuerte tensión con el gobierno venezolano tras la destitución del ex presidente Fernando Lugo, el Congreso paraguayo finalmente aprobó el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur. Por su crítica actualidad económica, social y política, la adhesión de Caracas al bloque regional genera más incertidumbres que certezas.
Si a esto se le suma la ya endeble realidad del Mercosur, la conjunción entre ambos actores no presenta un claro rumbo.
Las proyecciones de crecimiento que realizó el FMI este año muestra como el bloque sudamericano fue perdiendo terreno en los últimos tiempos. Incluso la Alianza del Pacifico, con apenas dos años de vida, logró un salto abismal que lo ubica hoy como el tercer bloque de mayor crecimiento. Según el organismo internacional, esta tendencia se mantendrá hasta 2018 a una tasa del 34,6%.
El Mercosur, en cambio, se ubica séptimo, con una proyección de crecimiento del 28,7%. Pero la incorporación de Venezuela podrá colaborar a que el bloque se posicione mejor, ya que contará con el 70% del total de la población de América del Sur (275,1 millones de personas), y el 83% del PBI de la región (3,32 billones de dólares).
¿Entonces el ingreso de Venezuela como miembro permanente puede hacer resurgir a un bloque que venía dormido?. "La inclusión de Venezuela va a traer más consecuencias negativas que positivas. Hoy en día las dimensiones no son el único valor para el crecimiento", adelanta Nicolás Albertoni Gómez, investigador y docente de la Universidad Católica del Uruguay.
"Tener un actor como este hoy, no solo conflictivo regional sino también mundialmente, le genera más aportes negativos al Mercosur. No solamente por Venezuela, sino el bloque mismo en la situación en que está, tiene que repensarse a sí mismo", agrega el académico uruguayo.
Albertoni asegura que este "es un Mercosur que no presenta rumbo" y resalta las múltiples contradicciones que se vinieron suscitando en estos más de 20 años del bloque. El mismo nació como una plataforma continental comercial. De ahí su nombre Mercado Común del Sur. Sin embargo, en la práctica los resultados no fueron los esperados.
"En el último acta del Mercosur, el 89% fueron temas políticos y el 11 restante fueron temas comerciales", apunta el académico. Y añade: "El 27% es comercio intrarregional, mientras que en el caso de la Unión Europea es más del 60% y en Asia más del 50%".
En esa línea, Albertoni asegura que "los temas de fondo se dejaron de lado" y remarca las complicaciones que podría traer comerciar con un país como Venezuela, que presenta la inflación mas alta del mundo (por encima del 50%) y se abstrae de todo tipo de apertura con el exterior.
"Se suma a un bloque que está buscando su rumbo, un país que tampoco tiene rumbo. No sólo políticamente, económicamente también. La caída de la inversión extranjera en Venezuela por la desconfianza que generó el país es fue muy profunda", explica el especialista en mercados y el Mercosur.
Ante la falta de poder estratégico que ha demostrado el bloque regional, Albertoni destaca la labor de la Alianza del Pacifico, que desde su nacimiento ha alcanzado un crecimiento que pocos hubiesen imaginado. "Se está formando un transatlántico entre Estados Unidos y la Unión Europea, un transpacífico entre países latinoamericanos y los del Pacífico, como China. Entonces no nos podemos dar el lujo de decir que hay que esperar que el bloque –por el Mercosur- madure por sus cortos 22 años", fustiga el académico, quien agrega que "el mundo está yendo por la zona del libre comercio".
¿Por que Venezuela?
Uno de los principales interrogantes que se desprenden luego de la definitiva incorporación de Venezuela al Mercosur es por qué abrirle las puertas a un país que constantemente cierra sus puertas al mundo; sufre una crisis económica y política pocas veces vista; no ha demostrado una gran voluntad de cooperación regional en otros bloques como el ALCA, por ejemplo; un país en el que hoy en día se discute el tratamiento que ejerce sobre las instituciones y la misma democracia.
"Estamos teniendo un amiguismo presidencial en el que se está basando el ingreso de Venezuela", argumenta Albertoni.
A su vez, el académico también a href="http://www.infobae.com/2013/12/19/1532048-ahora-paraguay-puede-hacerle-reclamos-al-mercosur" rel="noopener noreferrer" critica el desempeño de Horacio Cartes/a, quien prácticamente no opuso resistencia a la aprobación del ingreso, y ni siquiera realizó esfuerzo alguno para que Nicolás Maduro, ex canciller venezolano, pidiera disculpas luego de ser considerado "persona non grata". Esto último se dio luego del exabrupto que tuvo al año pasado el ahora presidente bolivariano, cuando consideró un "atropello a las instituciones democráticas y un golpe parlamentario al Estado de Derecho" la destitución de Fernando Lugo a la presidencia de Paraguay.
Además, también recae sobre Cartes el hecho de que Venezuela hoy tenga la presidencia pro tempore, cuando esta le correspondía a Paraguay, previo a su suspensión. "Esto también es una aprobación a la ilegalidad", sostiene Albertoni.
¿Hacia donde va el Mercosur?
"El Mercosur tiene mucho de expectativa si funcionara. Pero no sirve seguir sumando miembros a este tipo de bloques", analiza el académico uruguayo.
El comercio de Paraguay depende en un 50% del Mercosur. En ese sentido, Albertoni es tajante en su critica a esa "dependencia" a la que se llegó: "No es una buena noticia que un país como Paraguay dependa en un 50% del Mercosur. A Brasil y Argentina, en cambio, no se les va la vida porque el Mercosur no crezca en términos comerciales. Porque son dos países que dependen de su mercado interno".
Y concluye: "El Mercosur está ante una realidad sin rumbo".