El Senado estadounidense aprobó este miércoles el texto de un acuerdo presupuestario para los próximos dos años, que aporta mayor estabilidad fiscal y aleja la posibilidad de que se repita la parálisis parcial de la administración federal de octubre.
El proyecto presupuestario, que fue aprobado 64 a 36 con el apoyo de nueve republicanos y toda la bancada demócrata, aumenta los gastos para 2014 y 2015, al tiempo que elimina recortes automáticos por valor de 63.000 millones de dólares que debían ejecutarse a partir del 1 de enero.
Se prevé que el presidente Barack Obama -que confesó sentirse "satisfecho"- promulgue el texto en ley antes de que el viernes se vaya a Hawaii a pasar las vacaciones navideñas.
Los senadores lograron aprobar, en el último día de trabajo antes del receso por las fiestas, a href="http://www.infobae.com/2013/12/11/1529976-eeuu-llego-un-acuerdo-evitar-una-nueva-paralisis" rel="noopener noreferrer" una de las leyes más importantes de 2013/a, que ha sido un año complicado en términos legislativos.
El acuerdo "rompe este partidismo y estancamiento y muestra que el Congreso puede funcionar", aseguró la demócrata Patty Murray, que junto al republicano Paul Ryan son los impulsores de este texto.
Los miembros de los comités de presupuesto del Senado y la Cámara de Representantes tienen ahora hasta el 15 de enero para diseñar una serie de gastos bajo los nuevos límites, de lo contrario se exponen a un nuevo cierre de las administraciones federales como ocurrió en octubre.
El acuerdo presupuestario aumenta el gasto federal a 1,012 billones de dólares el próximo año y 1,014 billones en 2015, además de normalizar el funcionamiento de las instituciones.
En opinión de Ryan, la votación "demuestra que ambos partidos -en las dos cámaras- pueden encontrar puntos de entendimiento. Podemos trabajar juntos". Sin embargo, señaló que se trata sólo de un pequeño primer paso hacia una amplia reforma financiera.
"Necesitamos hacer mucho más. Pero es un pequeño paso en la buena dirección", apuntó el republicano.
La mayoría de republicanos, entre ellos el líder de la minoría del Senado Mitch McConnell, votó en contra del acuerdo porque supera los límites establecidos por una ley de 2011.
Sin embargo, la mayoría de senadores se sintieron aliviados de que el Congreso haya podido aprobar a la primera un acuerdo presupuestario por primera vez en años.
El acuerdo también logra rebajar el déficit a 23.000 millones de dólares.
Los nuevos gastos en defensa y en programas nacionales se compensarán con el aporte a la jubilación de los nuevos trabajadores federales y las tasas aéreas a la Agencia de la Seguridad en el Transporte.
Por otra parte, el texto no incluye una extensión de los subsidios de desempleo, punto que los demócratas reclamaban, y tampoco hace referencia a reformas estatales como la de la seguridad social o Medicare, en los que ambos partidos tienen puntos de vista encontrados.
Además, ha enfurecido a muchos congresistas de ambas partes porque anula una ayuda a la vivienda a militares retirados, que permitirá ahorrar 6.000 millones de dólares.
A pesar de que el presupuesto aprobado traerá algo de estabilidad a la pelea fiscal hasta después de las elecciones legislativas de 2014, en el horizonte ya se vislumbra otra guerra.
El acuerdo no amplió el techo de la deuda, que Washington necesita aumentar entre febrero y marzo para evitar caer en un peligroso default, situación en la que los republicanos podrían mostrarse inflexibles a la hora de negociar.
La capital federal se ve envuelta en una guerra fiscal cíclica desde 2011, cuando fracasó un acuerdo entre Obama y los republicanos.