"Habrá que esperar la declaratoria de la Comisión Permanente del Congreso que seguramente lo hará los próximos días, y una vez dado ello, de inmediato estaré promulgando dicha reforma", dijo Enrique Peña Nieto en conferencia de prensa de acuerdo con un comunicado de la Presidencia mexicana.
Peña Nieto destacó el "tiempo récord" en el que 16 congresos estatales aprobaron entre el viernes y el domingo la reforma de tres artículos constitucionales para abrir la exploración y explotación de petróleo y gas a inversionistas nacionales y extranjeros, poniendo fin a 75 años de monopolio estatal en el sector.
Por ley, es necesaria la aprobación de la mitad de los 31 congresos estatales más uno para la promulgación de la reforma constitucional. Durante el lunes al menos dos Congresos más votaron a favor de la reforma.
"La energía será más barata y más económica para la industria y para la sociedad", sostuvo Peña Nieto.
El jueves, la Cámara de Diputados de México aprobó la iniciativa, propuesta por Peña Nieto y fuertemente rechazada por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD, la tercera fuerza política en el país), lo que puso fin a sesiones maratónicas en el Congreso federal que iniciaron el 8 de diciembre en el Senado.
Se anticipaba que la reforma no enfrentaría mayores obstáculos en los congresos locales debido a que el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el conservador Partido Acción Nacional (PAN) tienen la mayoría de curules de los recintos legislativos de casi todas las provincias de México.
Sin embargo, en algunos de los congresos estatales que avalaron la reforma se registraron manifestaciones por parte de opositores.
Una de las protestas más fuertes ocurrió fuera del Congreso de Jalisco (oeste), donde unas 300 personas trataron de impedir el ingreso de los legisladores. Los manifestantes incendiaron un acceso al inmueble y rayaron con pintura decenas de vehículos propiedad de diputados, por lo que la policía antimotines respondió con gas lacrimógeno.
El PRD, otros partidos minoritarios de izquierda y organizaciones civiles, así como un colectivo de artistas mexicanos, organizan campañas para la celebración de un referéndum sobre la reforma.
La iniciativa aprobada es la sexta reforma de gran calado del primer año de gobierno de Peña Nieto, después de las reformas educativa, de telecomunicaciones, financiera, tributaria y política.