Los dirigentes del Club Boca Juniors se encargaron en las últimas horas de desprenderse de toda responsabilidad por los desmanes provocados ayer por un centenar de delincuentes que arruinaron la masiva convocatoria al Obelisco, en el centro porteño, para festejar el "día del hincha".
El vicepresidente de Boca, Oscar Moscariello, dijo esta mañana que el club "se hace responsable de puertas del estadio hacia adentro", y que no tiene "nada que ver" con vándalos. "Eso no es Boca", sostuvo.
En diálogo con Radio Continental, el dirigente fue cuestionado por no haber habilitado el estadio xeneize para realizar allí la celebración, y evitar cualquier tipo de acción violenta en las calles de la ciudad, algo que podía preverse teniendo en cuenta lo que sucedió un año atrás.
Moscariello explicó que eso no estaba al alcance de la economía del club, debido al alto costo que conlleva abrir la cancha para los hinchas en un día en que no hay ningún evento deportivo, y habló de un valor de entre 700 y 800 mil pesos.
Sin embargo, el propio ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, publicó una foto ayer a través de su cuenta de Twitter, mediante la cual se supo, y así lo reconoció Moscariello, que ante un pedido de los funcionarios de la Ciudad el club habilitó "el campo de juego" para que se jugara allí un partido en ocasión del "día del hincha de Boca".
Fue así como, al mismo tiempo que se producían los desmanes, que incluyeron piedrazos, destrozos y enfrentamientos con la Policía Federal, los funcionarios del Gobierno de
jugaban al
en el Estadio Alberto J. Armando.
"En el día del hincha de Boca, me dí el gusto de jugar un picadito en La Bombonera", escribió ayer Montenegro en la red social. Y publicó una foto como prueba de la actividad recreativa llevada a cabo. Eran las seis de la tarde y en la avenida 9 de julio comenzaban los destrozos.