La subvención a la gasolina en Venezuela ya es insostenible para un país en grave crisis económica. De hecho, representa para el país una carga de tres mil millones de dólares al año, si se considera netamente su costo de producción, según asegura Nelson Hernández, experto en materia energética, para el diario venezolano La Verdad.
El monto del subsidio aumenta a 13 mil millones de dólares por año, si se calcula con base en el costo de oportunidad; es decir, la diferencia entre el precio del mercado interno con el del externo.
Es que un litro de gasolina se vende en un centavo de dólar, si se toma como referencia la tasa oficial de 6,30; mientras que en el mercado internacional se expende en 83 centavos.
De acuerdo con las estimaciones de Hernández, el Gobierno tendría que elevar el precio del combustible a 0,5 bolívares el litro, para así recuperar al menos el costo de producción, lo que representaría un ajuste de 500 por ciento.
Por primera vez en muchos años, existe una posibilidad real de que el chavismo asuma el problema y decrete un aumento.
El vicepresidente de Venezuela, Jorge Arreaza, abrió la puerta a un debate sobre el precio de la gasolina en el país: "Hay que dar grandes debates en Venezuela, hay que dar debates por ejemplo sobre lo fiscal, sobre el precio de la gasolina"
Un día después de la victoria del chavismo en las elecciones municipales, el vicepresidente dijo que el Gobierno va a "estudiar" y a "abrir consultas" con todos los sectores, incluyendo a los empresarios para "discutir las acciones y políticas para equilibrar definitivamente la economía en Venezuela".
Arreaza habló de "comenzar a cobrar la gasolina", cuyo precio está incluso por debajo de los costos de producción, y se mostró confiado en que el 2014 será un "buen año" para el país.
En medio de una economía inmersa en un fuerte proceso inflacionario, el precio de la gasolina se mantiene congelado desde hace años, en un país que aún tiene fresco el recuerdo del llamado "Caracazo", en el que en 1989 una medida para subir el combustible encendió la mecha de un estallido social que causó un número aún indeterminados de muertos.