Como consecuencia de los saqueos y la ola de violencia registrada en varias provincias en los últimos días, la cifra de muertos en todo el país ascendió ayer a 10. Las víctimas fatales confirmadas corresponden a Tucumán (4); Chaco (2); Entre Ríos (1); Jujuy (1); Córdoba (1) y Buenos Aires (1).
En total, 20 son los distritos donde estalló la crisis, que tuvo como epicentro a Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Tucumán y Chaco. Sin embargo, la movilización de los efectivos alcanzó ayer un reflujo, tras haberse logrado acuerdos en varias provincias.
Los únicos distritos donde no se registraron protestas son la Ciudad de Buenos Aires, Santa Cruz y Santiago del Estero.
Una jornada agitada
Promediando la jornada de ayer, los conflictos policiales en distintos puntos del país comenzaron a solucionarse y lentamente se normalizaba el servicio de seguridad. No obstante, hubo extrema tensión en Tucumán y en Chaco, donde se registraron más víctimas, al menos seis, las que se sumaron a los fallecidos en Entre Ríos y Jujuy (entre el domingo y este lunes) y a los de Córdoba y la localidad bonaerense de Glew, la semana pasada.
En un mensaje por el 30° aniversario de la democracia, la presidente Cristina Kirchner atribuyó los saqueos y disturbios en todo el país a acciones planificadas y ejecutadas "con precisión quirúrgica".
A su entender, no se trató de una "casualidad" ni de un efecto "contagio", sino de una "instigación política", por lo que hizo reclamos a la policía y a la Justicia: "Promovimos la reinserción de las Fuerzas Armadas a los procesos democráticos, y hay que hacer lo mismo con las policías provinciales, de una vez por todas", exclamó.
Los principales espacios de la oposición, en tanto, volvieron a reclamar el cese de los conflictos y la suspensión del festival en la Plaza de Mayo, al tiempo que la Iglesia católica llamó a la "paz social" en todo el país.
La Confederación Argentina de la Empresa (CAME) y las cámaras de comercio regionales informaron por su parte que 1.888 comercios en 14 provincias resultaron afectados a raíz de los saqueos por la crisis policial, y sumaron pérdidas estimadas en 568.450.000 pesos.
En medio de la incertidumbre generada por los saqueos, el titular de la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas de la República Argentina, Miguel Calvete, recomendó cerrar las puertas de este tipo de comercios "si no hay seguridad".
Según dijo, un total de 28 supermercados chinos de todo el país fueron saqueados y otros 30 sufrieron intentos de robos, que fueron sofocados en su gran mayoría por los vecinos.
Luego de que se alcanzaran acuerdos con la policía en Buenos Aires, Entre Ríos, Jujuy, Corrientes, La Rioja y Misiones, con el correr de la tarde se fueron levantando las protestas en Santa Fe, Tucumán, Chaco, Corrientes y Salta, mientras que se mantiene el conflicto con los efectivos de Mendoza, Tierra del Fuego y Chubut. En el centro de la capital de Santiago del Estero, los comerciantes cerraron anoche sus puertas en medio de una ola de versiones por posibles saqueos.
Durante el fin de semana se habían calmado las aguas en Río Negro y Neuquén, luego de que Córdoba, origen del conflicto que se desperdigó por todo el país, arreglara un aumento salarial con su fuerza policial el viernes último.
Tucumán en alerta, pese a haberse resuelto el conflicto policial
La provincia vivió un día de furia entre la noche del lunes y gran parte del martes, con al menos 250 saqueos violentos y vandalismo mientras cientos de policías se acuartelaban por reclamos salariales. Hubo al menos cuatro muertos y 50 heridos.
El gobierno les dio un ultimátum y amenazó con desplegar a la Gendarmería, al tiempo que se presentó ante la Justicia penal para denunciar a los efectivos por "sedición". La Iglesia buscó mediar. Finalmente, sobre las 19:30 los rebeldes aceptaron la propuesta del Ejecutivo provincial de elevar el mínimo a 8.500 pesos.
Por su parte, indignados frente a los saqueos y robos que hubo durante el acuartelamiento policial, cientos de vecinos se congregaron por la noche de manera espontánea en la céntrica Plaza Independencia de la capital provincial para manifestarse y terminaron siendo reprimidos, luego de que intentaran romper la puerta de ingreso de la Casa de Gobierno.
Minutos después se vivió una insólita situación: un grupo de efectivos de la Gendarmería salió a calmar los ánimos y se interpuso entre los policías y los manifestantes, formando un cordón para evitar un enfrentamiento.