La ciudad fronteriza de Tijuana será vigilada a partir de enero por aeronaves no tripuladas como parte de una nueva estrategia en materia de seguridad pública. "Un drone no se va a corromper", declaró el nuevo alcalde, Jorge Astiazarán Orci.
El representante del PRI afirmó al diario El Universal que no se escatimará en tecnología, aunque admite que no se han previsto protocolos para evitar que la delincuencia organizada derribe los drones.
Según la nueva administración, las aeronaves no tripuladas harán patrullajes aéreos con cámaras que provean imágenes en tiempo real, para tener mejores resultados en la prevención de ilícitos y en la disuasión de conductas ilícitas.
Astiazarán Orci calcula que un drone puede costar entre 1.500 y 8.000 dólares. Su meta es instalar uno en cada delegación de la frontera y sus zonas más conflictivas. "Es una estrategia contra la delincuencia. La ciudadanía se queja del robo a casas, asaltos en medios de transporte. Estas aeronaves son de un costo muy bajo comparado con otro tipo de instrumentos tecnológicos", afirmó.
Astiazarán Orci afronta la posibilidad de que los delincuentes pudieran sentirse amenazados y derribar los aparatos: "Claro que los pueden tumbar. No existe un protocolo. Hay riesgos, pero prácticamente no hay ni legislación en México sobre el uso de drones".
Con más de una semana en el cargo, el alcalde adelanta que la empresa que se encargará de construir y capacitar al personal será 3D Robotics, con sede en San Diego, California, compañía que fundó un joven tijuanense.
"Nos está apoyando con la capacitación de unos jóvenes para operar estos drones. A mí me impresionó realmente, sobre todo, el costo, que es muy bajo comparado con otro tipo de instrumentos", dijo Astiazarán Orci, quien aseguró que mientras un drone puede costar ocho mil dólares, una patrulla de policía vale 23 mil dólares. "Un drone vigila más que 10 patrullas", explicó.