El 28 de octubre de 2011, días después de que la presidente Cristina Kirchner fuera reelecta con casi el 54% de los votos, Amado Boudou -entonces ministro de Economía- fue el encargado de anunciar el nacimiento del cepo al dólar.
Desde el 30 de ese mes, la compra de moneda extranjera sería sólo autorizada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), al corroborar la capacidad contributiva de las empresas y personas. Boudou dijo que se buscaba "dar transparencia al mercado". El dólar oficial se vendía a $4,24, mientras que en el mercado paralelo se ofrecía a 4,49 pesos.
El 9 de febrero de 2012, el anuncio afectó a las empresas que debían adquirir dólares para enviarlos al exterior –por el pago de importaciones o por el giro de dividendos a sus casas matrices-, las cuales debían contar con autorización del Banco Central.
El 25 de mayo del mismo año, la Resolución 3333 traería un refuerzo al control de cambios, porque sería la la AFIP la encargada de autorizar o no la compra de divisas para viajes al exterior a través de la web. Tres días después, el cepo al dólar se extendió a las operaciones con créditos hipotecarios: quienes accedieran a un financiamiento para la compra de un inmueble o terreno necesitarían el aval del organismo para comprar los dólares.
El 15 de junio de 2012 la opción de compra de moneda extranjera para "ahorro" fue eliminada como opción de la página web de la AFIP. Y con las restricciones llegó el control: el organismo envió notificaciones a quienes pidieron dólares para viajar, pero finalmente no lo hicieron.
El turismo en la mira
En agosto del año pasado se anunció un recargo del 15% para las compras con tarjetas de crédito y débito en el exterior como anticipo del impuesto a las Ganancias. En ese momento, el dólar libre llegaba a los 6,40 pesos.
El recargo pasó del 15 al 20% en marzo de 2013, extendiéndose también a pasajes, paquetes turísticos y otros servicios vinculados al sector. La discrecionalidad a la hora de autorizar o no los dólares para viajar es la particularidad que no cambió desde entonces.
Esta situación provocó que muchos argentinos decidieran cruzar de manera frecuente el Río de la Plata para adquirir la moneda norteamericana hasta un 30% más barata en el Uruguay. Sin embargo, la estrategia quedó sin efecto en mayo de este año, cuando las emisoras de tarjeta de crédito pusieron límites a la extracción de divisas en el exterior, confinándola a u$s50 por mes y entidad en los países limítrofes.
Esa decisión fue antecedida por una fuerte suba del dólar libre, que llegó a cotizar a $10,45 el 8 de mayo y la brecha con el dólar oficial superó el 100 por ciento. Los llamados de Guillermo Moreno y los controles oficiales en la City volvieron a bajar la cotización. La barrera de los $10 se volvió a superar antes de las elecciones del 27 de octubre.
Pese a que -antes de las elecciones legislativas- Ricardo Echegaray rechazó "categóricamente" los rumores sobre un inminente aumento del recargo para las compras en el exterior, el Boletín Oficial del 3 de diciembre llegó con la sorpresa de que el cargo pasaba del 20 al 35 por ciento. De momento es la última medida que apunta a frenar la sangría del Banco Central.