La Iglesia tomó distancia de la designación del sacerdote Juan Carlos Molina al frente de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), aunque destacó "la necesidad imperiosa de ocupar ese cargo", que estaba vacante desde principio de año cuando se fue Rafael Bielsa.
Semanas atrás, en su última asamblea, el Episcopado pidió "medidas urgentes" contra el narcotráfico y ayer el gobierno nacional designó al cura, para encabezar la lucha contra la droga.
El obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, consideró esta mañana que Molina "tiene cualidades y conoce el problema de la calle".
Aunque monseñor Lozano dijo que no lo conoce, destacó que se haya designado en ese cargo a "alguien que presenta una experiencia en el trato con los adictos. Tiene sensibilidad y las cualidades de estar cerca del problema".
Al mismo tiempo, el representante del Episcopado aclaró que la Iglesia no fue consultada por el Ejecutivo para su designación.
Por su parte, el obispo de Río Gallegos, monseñor Miguel Ángel D'Annibale, aclaró en un comunicado que Molina asume la tarea "a título personal" y "no lo hace ni en nombre ni en representación de la Iglesia Católica".