Seis títulos de Grand Slam, número uno del mundo durante 89 semanas, campeón del último Masters de Londres, actual mejor segundo mejor jugador del planeta... todos títulos de lujo para una persona que, pese a esto, se destaca por su humildad: Novak Djokovic, el serbio que hizo de su visita a la Argentina un auténtico show.
Ya en la despedida de Nalbandian "Nole" había hecho de las suyas disfrazándose de enfermero y aceptando jugar un histórico partido de dobles pero hoy, en el esperado enfrentamiento con Rafael Nadal, confirmó una vez más que es uno de los deportistas de la élite mundial con mejor llegada al público.
La diversión en La Rural comenzó desde el minuto cero cuando en el peloteo previo al partido Djokovic jugó con un ball boy y probó puntería con una botella de champagne. Los momentos más destacados, en tanto, fueron dos: cuando se tomó un rato durante el partido para imitar a Rafa Nadal y cuando, ante la presencia de Will Smith en una de las tribunas, bailó al ritmo del clásico tema de la película Hombres de Negro protagonizada por el actor norteamericano, quien no se quedó al margen del show.
Sonrisas, juegos con el público, arengas y, ante todo, máxima simpatía por parte de uno de los deportistas que pasará a la historia como uno de los máximos estandartes del tenis mundial.