Durante varias semanas, la opinión pública estuvo especulando acerca de las necesidades de cambio que la Argentina necesita ante una inflación galopante que se estima en un 28% para todo el año, una pérdida de competitividad internacional y cada vez mayores restricciones al comercio.
El 27 de octubre, en las elecciones legislativas, la ciudadanía de los mayores centros urbanos del país le dio la espalda al gobierno de Cristina Kirchner, agobiada por la negación oficial de la inflación y por la prohibición del dólar, único refugio de preservación del ahorro.
El lunes 18 de noviembre, la Presidente reapareció a través de un video en el cual se presentó en excelente estado de salud, completamente recuperada; mostró la intimidad de su casa y agradeció particularmente a Adán Chávez, hermano del fallecido presidente venezolano, que le trajo de regalo un perro al que bautizó Simón, en homenaje a Bolívar.
Horas después, el vocero del gobierno argentino, Alfredo Scoccimarro, convocó al periodismo para dar a conocer un comunicado en el que se anunció el cambio de figuras clave del gabinete de Cristina Kirchner, entre ellos, el del ministro de Economía.
¿Quiénes son los nuevos funcionarios?
Economía: el que ocupaba el cargo de viceministro, Axel Kiciloff, asume el cargo que dejará vacante Hernán Lorenzino. Kiciloff es un economista más bien académico de trayectoria universitaria, pero de escaso contacto con el mundo global, las empresas y los negocios. Se lo define como "economista marxista", y varias de las medidas recientes como la expropiación sin indemnizacón de YPF a la petrolera Repsol, son ideas de su autoría.
Kiciloff es uno de los jóvenes kirchneristas que acercó al think tank llamado Lla Gran Makro una consultora de ideas fuertemente proteccionistas y que, entre otras cuestiones, asegura que la inflación es producto de la "puja distributiva" y no de la emisión monetaria descontrolada del Banco Central, que financia el creciente déficit fiscal de Argentina y es el principal estímulo de la alta inflación.
Jefe de Gabinete: el gobernador de la provincia del Chaco (norte de la Argentina), Jorge Capitanich, asumirá la tarea de comandar un gabinete de ministros. La principal diferencia entre el saliente funcionario, Juan Manuel Abal Medina, y el nuevo Jefe de Gabinete, es que éste último tiene experiencia de gestión ejecutiva, es un gobernador que experiencia. Además, Jorge Capitanich es uno de los nombres que algunos sectores postulan como candidato presidencial del kirchnerismo en 2015.
Banco Central: la gestión de la saliente Mercedes Marcó del Pont deja un patrimonio negativo para el Banco Central, la caída de las reservas internacionales a niveles preocupantes, una devaluación de la moneda de alrededor de 50% y una emisión monetaria compulsiva que es la principal causa de la alta inflación. Además, durante la gestión de la funcionaria se implementaron las más insólitas medidas restricitivas a la compra de divisas, a tal punto que un argentino debe pedir "permiso" para comprar dólares si quiere viajar al exterior.
En lugar de Marcó del Pont, asumirá en comisión, Juan Carlos Fábrega, que ocupaba la presidencia del Banco Nación, el banco público más importante de la Argentina, donde transcurrió la mayor parte de su carrera. De buena reputación en el sector financiero por su sensatez, también se desempeñó como directivo de empresas como la tarjeta Visa. Las primeras impresiones de la opinión pública lo presentan como el funcionario más ortodoxo de un gobierno fuertemente populista.
Agricultura: el campo argentino está enfrentado con el gobierno desde 2008, y la crisis ha provocado que en gran medida, la inmensa oportunidad del país de posicionarse como líder mundial en la producción de alimentos estuviera desaprovechada por el fuerte intervencionismo del Estado. El nuevo ministro, Carlos Casamiquela, viene del prestigioso Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria. Desde el sector más importante de la producción argentina, la designación se recibe con moderado optimismo.
Banco Nación: el mayor banco público del país será dirigido por Juan Ignacio Forlón, un joven abogado sin experiencia financiera, pero leal a la usina de funcionarios jóvenes del kirchnerismo denominada La Cámpora, una agrupación que lidera el hijo de la presidente Cristina Kirchner, que ya tiene varios representantes en empresas como Aerolíneas Argentinas o en el directorio de la confiscada YPF.