La decisión de demorar el inicio de la nueva ronda del diálogo de paz fue tomada en conjunto por el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC para poder preparar mejor el tema de los cultivos ilícitos, próximo punto de la agenda de las negociaciones, según fue informado este domingo. En principio, se retomaría el jueves 28 de noviembre.
A diferencia de las anteriores interrupciones, en esta ocasión la postergación fue convenida entre ambas partes. Durante el último tiempo, el diálogo entre la guerrilla y el Gobierno colombiano se fue tensando y llegó incluso a un punto en el que parecía que se iba a romper por completo.
La semana pasada, tras el anuncio de que había sido desbaratado un plan de las FARC para asesinar al ex presidente Álvaro Uribe y a congresistas, corrió el peligro de que nuevamente las conversaciones se vieran interrumpidas.
De hecho, el mismo Gobierno admitió que de haberse llevado a cabo las supuestas intenciones de la guerrilla, el fin del conflicto armado –al menos por la vía pacífica- hubiera sido imposible.
No obstante, se decidió seguir adelante, en parte, según se ha especulado, porque el diálogo de paz es una carta a favor de la eventual reelección de Santos, que sería anunciada oficialmente esta semana.
Las FARC y el Gobierno ya han acordado sobre la cuestión agraria y la participación política de la guerrilla. El punto de los cultivos ilícitos era el cuarto, pero pasó a ser el tercero. De allí la necesidad de disponer de más tiempo para prepararse.
Los otros dos puntos pendientes de la agenda son los de la reparación a las víctimas y fin del conflicto, más uno adicional sobre la manera cómo se refrendarán e implementarán los acuerdos. En tanto, los diálogos de paz para poner fin al conflicto armado cumplirán un año el próximo martes.