A pesar del crecimiento que caracterizó a Chile en los últimos años, el contexto internacional y diferentes factores internos auguran que la próxima gestión no contará con la misma bonanza que acompañó al gobierno de Sebastián Piñera. El presidente que sea electo este domingo –o el 15 de diciembre, en caso de que haya ballotage- afrontará distintos desafíos a nivel económico, con un ritmo de crecimiento desacelerado, aunque también a nivel político y social.
En primer lugar, debe mencionarse la caída del precio del cobre, pilar de la a href="http://www.infobae.com/temas/economia-a517" rel="noopener noreferrer" economía/a chilena, cuyo valor actualmente se ubica en los 3,172 dólares. "Sin duda, como en todos los países emergentes, la situación mundial es menos favorable para Chile. Se acabó el ciclo positivo de los commodities de los últimos cinco años", señala en diálogo con Infobae el economista Alejandro Micco, docente de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. "Esto tiene que ver con que países grandes, como China, tienen un crecimiento más lento. Ya no estamos en los dos dígitos de los años anteriores", añade.
A esto se suma, según Micco, que las curvas de rendimiento de los activos financieros de los Estados Unidos están subiendo, "con lo cual se hace más atractivo invertir allá que en los países emergentes". "Esto provoca que la liquidez también caiga", indica. Como Chile es un país muy abierto tanto en lo comercial, como en lo financiero, la caída del precio del cobre y los cambios a nivel internacional "hacen que la situación externa sea menos favorable para el crecimiento económico", de acuerdo con el economista.
Micco considera que esto podría repercutir en el crecimiento a largo plazo y en el gasto público, dado que la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) ya no ronda los 5 o 7 puntos de los últimos años, sino que se ubica potencialmente en 4,8% para este año. "Vamos a ver un impacto sobre el ingreso estructural y, por lo tanto, sobre lo que pueda gastar el nuevo gobierno. Chile tiene un arreglo fiscal que establece que el gasto fiscal tiene que estar en relación con los ingresos estructurales. Por eso, la caída de los precios a largo plazo del cobre afecta la regla fiscal y el crecimiento de la economía potencial en Chile", explica, si bien aclara que la posición fiscal de Chile es "bastante sólida".
No obstante, para el investigador del Programa Económico de Libertad y Desarrollo, Francisco Klapp, el próximo jefe de Estado se verá ante la disyuntiva de ajustar el gasto. "En Chile, la política de regla fiscal ha permitido acumular muchos activos, pero en el último tiempo ha registrado grandes déficits. El gobierno que entre va a verse enfrentado a una decisión muy difícil, que es si mantiene el déficit estructural en el 1% para el próximo año o si vuelve a los números positivos, a las épocas de ahorro y de balance. Pero para esto hay que apretar el cinturón, hacer que el gasto crezca significativamente más bajo que el producto, y eso no es fácil para ningún gobierno, especialmente para uno entrante", sostiene.
Sin embargo, para Klapp, más allá de lo complejo de la situación interna y el contexto internacional, será muy difícil para el nuevo gobierno "administrar las expectativas que se han generado" porque la favorita de los comicios, Michelle Bachelet, ha hecho a href="http://www.infobae.com/2013/11/03/1520188-los-temas-calientes-la-campana-electoral-chile" rel="noopener noreferrer" "grandes promesas de cambios radicales"/a. De acuerdo con el economista, la reforma tributaria que impulsa la ex mandataria –que establece mayores cargas para las empresas- sería "nefasta" en un escenario de menor crecimiento. "Genera mucha incertidumbre. Algunos proyectos de inversión se retrasan a la espera de tener más detalles de lo que se va a hacer, porque la reforma piensa recaudar tres puntos del producto", ejemplifica.
"En Chile, el sistema tributario es bastante especial porque incentiva que las utilidades de las empresas sean retenidas y reinvertidas, castigando muy duramente con impuestos a quienes intentan retirarlas para consumirlas. Pero esto es lo que se quiere modificar", critica. También advierte que esto puede afectar las inversiones extranjeras porque da "una señal muy mala". "Se ha prometido mucho y la población va a estar expectante de que estos cambios se hagan, pero no se va a ser posible hacerlos porque muchas medidas pueden ser muy dañinas para el crecimiento económico", agrega.
Por otro lado, Micco remarca que, a corto plazo, hay una cuestión "más agobiante": la energía eléctrica. "El costo de la energía eléctrica está muy alto: es tres veces más que lo que están pagando Perú y Estados Unidos. Hay que evitar alzas importantes en el precio de la energía en los próximos dos años y vislumbrar los cambios a la institucionalidad para que permita hacer proyectos de mayor envergadura", afirma. En ese sentido, el objetivo del próximo presidente será evitar una crisis energética que se traduzca en aumentos para la pequeña empresa y los hogares.
En cuanto al escenario social, Rossana Castiglioni, docente de Ciencia Política en la Universidad Diego Portales, resalta que la última encuesta de dicha institución arroja que la principal preocupación de la ciudadanía es la delincuencia, seguida de la a href="http://www.infobae.com/temas/educacion-a2122" rel="noopener noreferrer" educación/a, la salud y, en cuarto lugar, la desigualdad. "El sistema chileno genera enormes inequidades. La desigualdad es un tema que atraviesa todo en relación al acceso diferencial a la salud, la educación, la justicia, los bienes y los servicios públicos", subraya. De hecho, el debate en torno a la gratuidad de las escuelas y las universidades fue uno de los temas centrales de la campaña electoral; en tanto que la salud es el tema "que se va a venir", según la especialista.
El problema, de acuerdo con Castiglioni, es que al momento de dar respuesta a las demandas sociales, el nuevo gobierno se encontrará con los obstáculos del diseño institucional heredado de la dictadura de Augusto Pinochet. "Hay una serie de arreglos institucionales y constitucionales que inhiben el poder realizar reformas estructurales. Es muy difícil procesar institucionalmente las transformaciones, y sin la aprobación del Congreso no se pueden llevar a cabo los cambios. El tema es que hay fuertes diferencias entre los sectores políticos", explica.
De esta forma, incluso poder lograr una reforma constitucional que modifique ese marco institucional sería una ardua tarea, por más que miles de chilenos impulsaron referendo no vinculante para expresar su deseo de convocar una Asamblea Constituyente en las boletas de este domingo. Las dificultades para dar respuestas "van a exacerbar las movilizaciones", como aquellas protagonizadas por los estudiantes, añade Castiglioni.