Las medidas fueron anunciadas por China en el marco de un amplio paquete de reformas discutido por el Comité Central del Partido Comunista en Pekín.
Los "campos de reeducación a través del trabajo" son uno de los puntos más criticados por los organismos de Derechos Humanos, que presionan a China por una mayor apertura. En 2008, el ministerio de Justicia estimaba que había unos 160.000 reclusos distribuidos en 350 centros en todo el país. Los presos pasan allí cuatro años sin necesidad de procedimiento judicial previo.
Por el momeno, el anuncio no tiene fecha de ejecución y sólo se dijo que deben crearse nuevas condiciones legales para "reeducar" a los presos. Esos campos se utilizan, también, para encerrar a muchos disidentes y activistas, que lo comparten con criminales comunes.
En enero funcionarios de seguridad del partido dijeron que China dejaría de utilizar estos campos a finales de año. Algunos ya están vacíos, según informaron medios estatales y grupos de derechos humanos.
El otro punto en discusión ha sido la ley de hijo único, en vigencia desde 1978 para detener el crecimiento de un país que cuenta con más de 1.351 millones de habitantes. Ahora se permitirá a las parejas tener dos bebés cuando ambos padres sean hijos únicos. En las áreas rurales, ya se permite tener un segundo hijo cuando la primera es una niña, respondiendo a la tradición de que es imprescindible tener un varón.