El capitán del Prestige, el griego Apostolos Mangouras, sólo fue condenado a nueve meses de prisión por desobediencia a las autoridades. AFP 163 La Justicia ibérica consideró este miércoles que el capitán y el jefe de máquinas del Prestige, los griegos Apostolos Mangouras y Nikolaos Argyropoulos respectivamente, no pueden ser considerados responsables del naufragio del petrolero, que en noviembre de 2002 provocó la peor marea negra de la historia de España.
"Los tripulantes del Prestige
consideró el Tribunal Superior de Justicia de Galicia según la sentencia leída por el juez Juan Luis Pía, estimando que éstos
estructurales del navío.
Para el tribunal el accidente fue propiciado por el "deficiente estado de mantenimiento y conservación" de la nave, que al momento del hundimiento ya tenía 26 años de antigüedad.
La sentencia señala que los puntos débiles de la embarcación no fueron advertidos porque las inspecciones de control sobre su estado resultaron insuficientes. Y descargó la responsabilidad sobre American Bureau of Shipping (ABS), que expidió el certificado de navegabilidad del Prestige,
Sin embargo, Mangouras, de 78 años, fue condenado a nueve meses de prisión por desobedecer a las autoridades para remolcar el barco. Aunque tampoco irá a la cárcel por esto.
Con respecto al ex director general de la a href="http://www.fomento.es/MFOM/LANG_CASTELLANO/DIRECCIONES_GENERALES/MARINA_MERCANTE/NAUTICA_DE_RECREO/Organizacion_administrativa/DGMM/" rel="noopener noreferrer" Marina Mercante/a, José Luis López Sors, que también fue absuelto, se determinó que la decisión de alejar el buque de la costa y negarle refugio en un puerto fue "discutible, pero parcialmente eficaz".
Un cuarto acusado, el primer oficial filipino Ireneo Maroto, nunca fue localizado para que diera su versión de los hechos ante la Justicia.
El fiscal no había presentado cargos contra López-Sors, y aunque pidió una pena de 12 años de cárcel para Mangouras, ya había dejado claro en el juicio que su propósito no era que terminara tras las rejas, sino simplemente que recibiera una condena simbólica.
Los magistrados, además, decidieron que la responsabilidad civil por los daños que causó el desastre ecológico deberá asumirla
la aseguradora del buque.
El petrolero, con 27 tripulantes, se encontraba navegando a unas 28 millas de la localidad de Fisterra, en La Coruña, con 77.000 toneladas de
fueloil, de las que vertió
más de 60.000 toneladas, lo que provocó
uno de los mayores siniestros ecológicos marítimos.
Desde el 13 de noviembre, y tras detectarse el primer vertido, el gobierno español optó por alejar de la costa al barco, que estuvo escoltado por la Armada y al que se prohibió atracar en cualquier puerto español.
Finalmente, el 19 de noviembre de 2002, el Prestige se hundió.