Un grupo de ultraconservadores intentó impedir que se haga un acto interreligioso en la Catedral

Representantes de distintos credos participaban del 75 aniversario de la Noche de los Cristales cuando irrumpieron decenas de personas rezando el rosario en voz alta. Al cabo de unos momentos de tensión, se retiraron entre abucheos y gritos de "nazis"

DyN 162
NA 162
DyN 162
DyN 162

Un inusual clima de tensión se vivió esta tarde en la catedral metropolitana cuando un grupo ultraconservador católico intentó este martes impedir, rezando el rosario en voz alta, la realización de un acto judeo-cristiano por la conmemoración de la Noche de los Cristales Rotos, considerada el inicio del Holocausto judío perpetrado por el nazismo.

Integrado en su mayoría por jóvenes identificados con boinas rojas, el grupo cismático lefebvrista se instaló minutos después de las 19 en la nave central de la iglesia para impedir que se lleve adelante la ceremonia. Profirieron insultos y cantos hostiles, mientras repartían textos que consignaban "fuera adoradores de dioses falsos del templo santo, que precipitarán las almas al castigo eterno".

En esos momentos, el colectivo se convirtió en blanco de reprobación y gritos de "nazis" por parte de los presentes, que fueron prevenidos por el sacerdote Fernando Giannetti de "no entrar en este acto de provocación". Al cabo de unos minutos se retiraron.

Luego de unos minutos de tensión y de la presencia de efectivos de la Policía Federal, que no intervinieron, y mientras Giannetti rezaba la Oración de la Paz de San Francisco de Asís, volvió la calma al interior del templo y pudo iniciarse el acto litúrgico. "Queridos hermanos judíos, siéntanse en casa, porque los cristianos así lo queremos, a pesar de estos atisbos de intolerancia", dijo monseñor Mario Poli antes de iniciar formalmente el acto. "Su presencia aquí no desacraliza un templo de Dios. Hagamos en paz este encuentro que lo quiere el papa Francisco", agregó, en medio de aplausos, el arzobispo porteño.

En diálogo con C5N, el titular de la DAIA, Julio Shlosser, calificó el hecho como "un espectáculo bochornoso". Advirtió, además, que se debe estar "atentos, porque hay grupos racistas".

En la misma línea fue el análisis del subsecretario de Derechos Humanos del gobierno porteño y presidente del Museo del Holocausto, Claudio Avruj, quien señaló: "Sufrimos lo sucedido como un hecho muy grave, porque se profanó la casa de Dios. Como comunidad judía, esto se toma como un hecho claramente antisemita, intolerable e impensable para la Argentina de hoy, máxime teniendo las enseñanzas del papa Francisco".

La ceremonia

La liturgia, organizada por la Comisión de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso y la B-nai B-rith Argentina, contó con reflexiones alusivas de Poli y el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano.

Del acto interreligioso participaron también el sacerdote Alejandro Llorente, el rabino Jonás Shalom (Bet Am Marc Chagall) y los pastores David Calvo (Iglesia Luterana Unida), Ester Iglesias (Iglesia de los Discípulos de Cristo), Sergio López (Iglesia Dinamarquesa) y Mariel Pons (Iglesia Evangélica Metodista).

Tras leerse textos que condenan el genocidio y se solidarizan con el pueblo judío, de los papas Benedicto XVI y Francisco, se hizo un momento de silencio para que "se reconozcan otros silencios anteriores, el de las conciencias enmudecidas que aceptaron persecuciones y fueron indiferentes a la degradación y al crimen".

También se rezaron oraciones cristianas y hebreas, y se encendieron seis velas en memoria de los 6 millones de judíos masacrados por el nazismo.

La noche del 9 al 10 de noviembre de 1938, cuadrillas de la

vagaron por vecindades judías de Alemania, Austria y Checoslovaquia rompiendo las ventanas de los negocios y de los hogares judíos, y saquearon y quemaron las sinagogas. Se calcula que fueron destruidas 101 sinagogas y casi 7.500 negocios hebreos; también fueron asesinados unos 91 judíos y otros 26.000 arrestados y enviados a campos de concentración.