La gran cantidad de horas diarias que los niños pasan frente a la televisión, tablets, computadoras, smartphones, videoconsolas y cuanta tecnología encuentran al alcance de su mano, genera mucha preocupación debido a los múltiples daños que pueden ocasionar en su salud física, psíquica e, incluso, en sus relaciones sociales.
Infobae consultó a un neurólogo, a un neurofisiólogo, a un traumatólogo y a un oftalmólogo, quienes advirtieron los innumerables trastornos en la salud infantil que produce la sobreexposición a todo tipo de pantallas y coincidieron en que no se les debe permitir permanecer más de dos horas por día, en concordancia con los resultados que arrojaron diversos estudios científicos.
En tal sentido, el Dr. Juan Manuel Ferrer -neurólogo de niños del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA)- expresó que la recomendación de la Academia Americana de Pediatría es que los menores de dos años no deben permanecer frente al televisor. "La investigación sobre la primera etapa del desarrollo del cerebro muestra que, para lograr el crecimiento sano y el desarrollo adecuado de las destrezas sociales, emocionales y cognoscitivas, los bebés y los menores de 5 años tienen la necesidad imperiosa de interactuar con sus padres y demás cuidadores importantes. La recomendación para niños mayores es que no estén más de dos horas por día expuestos a cualquier pantalla, ya sea la de la televisión, videojuegos, etc", indicó.
La sobreexposición se asocia a incrementos en los problemas de atención, que se hace más evidente cuanto más prolongado es el uso de los aparatos. En niños con antecedentes de epilepsia o fotosensibles se pueden producir crisis convulsivas, debido a los destellos y cambios en la intensidad de los colores de las pantallas.
En el caso de los videojuegos, se advierten distintos efectos en la conducta infantil. "El jugador obsesivo pierde el control. Algunos autores refieren que es el propio juego el que marca hasta dónde puede llegar. Al principio, el empleo de los videojuegos se hace de forma esporádica, luego la frecuencia aumenta hasta hacerse prácticamente diaria. En este momento, la situación es de alto riesgo, advirtiéndose repercusiones sobre otros aspectos de la vida. Estos niños tienen mayor riesgo de desarrollar sedentarismo, que ayudado por el consumo de alimentos perjudiciales, desencadenan la aparición de sobrepeso y obesidad", explicó Ferrer.
Muchas horas frente a una pantalla puede generar dolores de cabeza frecuentes, principalmente cuando los niños no tienen corregidos defectos en la agudeza visual. Otro aspecto de consideración es el que tiene que ver con problemas derivados del contenido del videojuego, cuando son agresivos o tienen connotaciones de tipo sexista o racista.
"Los niños menores de diez años deben integrarse entre sus pares, jugar entre ellos, utilizar el lenguaje correcto. Todo esto se altera si su forma de vincularse es a través de una computadora o de redes sociales y esto tiene implicancias tanto a nivel intelectual, como en su desarrollo a nivel emocional. El chico se aísla, reduce su expresión, altera su lenguaje, incluso descuida su aspecto físico, ya que nadie lo ve frente a una máquina", explicó a Infobae la Dra. Stella Estelles -Jefa de Neurofisiología del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA).
La especialista coincidió en que el máximo permitido diario sea de dos horas, las que recomendó que sean fragmentadas, y se refirió a los trastornos en el sueño que se observan en estos chicos que padecen alteraciones en el ciclo circadiano, insomnio e hipersomnia, entre otras. "Además, duermen con los celulares y las laptops encendidos, con lo cual se siguen emitiendo señales y sus sensores fisiológicos las captan, provocando confusión ya que no reconocen qué momento del día es. Así se altera el ciclo circadiano. Los padres tienen que mantenerse firmes en cuántas horas permiten a sus hijos estar expuestos a las distintas tecnologías. Las máquinas alteran estos procesos imprescindibles para su maduración", afirmó.
En diálogo con Infobae, el Dr. Alejandro Druetto -cirujano traumatólogo- reveló que cada vez recibe en su consultorio a pacientes pequeños que presentan distintas afecciones posturales, articulares y musculares. "Estos niños están sumidos en posibles adicciones al juego, introspección, falta de contacto e interacción con sus semejantes y escasa estimulación. Estar demasiado tiempo frente a una pantalla puede aumentar el riesgo de padecer tendinitis flexora en muñeca y dedo pulgar, dolor de espalda, dolor cervical, entre otras patologías", indicó. "Los momentos ociosos deben ser reemplazados por libros, salidas en familia, deportes, o cualquier actividad que no esté ligada a la tecnología propiamente dicha".
Druetto enumeró ciertas pautas para que los niños mejoren su estilo y calidad de vida, tales como: no permitir que coman con la televisión encendida, no dejar que miren televisión en la cama, hablarles de las consecuencias del exceso en el uso de la tecnología, controlarles el tiempo frente al ordenador, comprarles libros de lectura breve y juegos familiares, estimularlos en el deporte, salir con ellos a caminar y siempre reforzar la ayuda con el ejemplo propio.
Finalmente, Infobae dialogó con la Dra. Pilar María Nano –oftalmóloga y coordinadora de Investigación del Instituto de Ojos Dr. Hugo Daniel Nano- quien explicó que la visión es el sentido que permite acumular conocimiento más fácilmente y que, por lo general, todos los contenidos educativos están diseñados a partir de esta premisa. Por esa razón, muchas veces se cree que un niño posee problemas de aprendizaje, cuando en realidad el motivo puede radicar en algún problema en su visión. Un niño que no ve bien, no aprende bien.
"Si existen tareas que requieran el uso de la computadora deben descansar luego de cada hora de uso. También es importante la distancia que se mantenga respecto de estas pantallas: en el caso de la TV, la distancia prudencial es de 2 metros. En cuanto a computadoras, celulares, tablets y otros dispositivos móviles, lo ideal es mantener una distancia de al menos 60 centímetros", sostuvo. "Conservar la humedad ocular de sus ojos es muy importante. Esto se logra mediante el pestañeo forzado -especialmente cuando permanecen mucho tiempo frente a la computadora, donde no hay agentes externos que lo provoquen- o mediante el uso de lágrimas artificiales".
La experta recomendó que los adultos estén atentos a la buena postura de los niños frente a las pantallas, ya que cualquier cambio en estos hábitos ayudará a identificar si surgen problemas visuales. "Hay que proveerles un espacio de estudio con iluminación óptima, porque la deficiente fomenta que la visión se fuerce, favoreciendo el desarrollo de diferentes afecciones. Se recomienda ubicar las lámparas estratégicamente para que iluminen los objetos en los cuáles enfocan la vista y no de frente a los ojos. También se sugiere utilizar lámparas blancas o de colores cálidos y evitar el uso de focos transparentes", concluyó.