Egipto: rebeldía de los acusados obliga a suspender el juicio contra Mursi

El juez suspendió hasta el 8 de enero de 2014 la sesión contra el ex presidente en medio de gritos e insultos de los 15 enjuiciados. "Soy el presidente de la República", gritó el depuesto mandatario

AFP 163
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Había una gran expectativa en Egipto por el inicio del juicio al ex presidente de ese país, Mohamed Mursi. Sin embargo, según señaló la televisión estatal egipcia, el juez de la causa debió aplazar la audiencia apenas comenzada debido a los gritos y disturbios de los acusados, que afectaban los procedimientos.

"Yo soy el doctor Mohamed Mursi, el presidente de la República", exclamó el ex presidente ante los jueces presentes. Y agregó: "Me niego a que este tribunal me juzgue".

Además, el depuesto mandatario islamista se negó a vestir el uniforme de acusado tal como le solicitó el magistrado.

El aplazamiento, que se extenderá hasta el próximo 8 de enero de 2014, ocurrió luego de una demora de dos horas para el comienzo de la audiencia.

Asimismo, integrantes del cuerpo de seguridad en la sala del tribunal aseguraron que una de las principales causas que motivaron la momentánea suspensión del juicio fue la negativa de Mursi a vestir el uniforme que solicitó el juez.

Además del ex presidente, otros 14 coacusados enfrentan cargos por incitar a la violencia y podrían enfrentar la pena de muerte si se los declara culpables.

De esta manera, la primera sesión contra Mursi y los 14 dirigentes de los Hermanos Musulmanes duró apenas una hora.

Por su parte, el juicio amenaza con agravar aún más las divisiones en un país donde más de un millar de partidarios de Mursi fallecieron por la represión y donde más de dos mil islamistas fueron encarcelados, entre ellos, la práctica totalidad de los dirigentes de los Hermanos Musulmanes.

El ex presidente egipcio ya había advertido que no cooperaría con la Justicia, de la que "no reconoce la autoridad", según la Alianza contra el Golpe de Estado, coalición derivada de los Hermanos Musulmanes que organiza la movilización de sus partidarios.

En esa línea, las pocas personas que han podido ver a Mursi en su lugar de reclusión secreto, lo han encontrado decidido a defender su "legitimidad", surgida de las urnas, como él mismo afirmó la noche de su destitución.

Los hechos que le son reprochados marcaron un importante giro en su presidencia. Tras seis meses en el poder, Mursi estableció por decreto situarse por encima de todo control judicial, lo que motivó las manifestaciones ante su palacio.

Estimando que la policía no había conseguido proteger al presidente, los Hermanos Musulmanes pidieron a sus partidarios que desalojaran a los manifestantes. Estas violencias reforzaron a la oposición, que, seis meses más tarde, salió a la calle para reclamar la salida de Mursi y lo consiguió de la mano con los militares.