¿Hacia donde va el idioma español?

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Vik Muniz 162

El IV Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado hace pocos días en Panamá, lejos de pasar desapercibido y ser acusado de "demodé" en plena era digital, fue el más concurrido de los hasta ahora realizados. Arrojó debates interesantes y que se complejizan y superan un poco más que la mera rivalidad entre el libro papel vs. el libro electrónico.

En los cuatro días que duró el Congreso pasaron cerca de dos mil visitantes y más de 200 académicos entre escritores, editores y libreros hispanohablantes y también de Estados Unidos, Italia, Japón y otros. Todos debatieron bajo el lema "El español en el libro: del Atlántico al mar del Sur" y lo que quedó claro es que su mejor casa para el debate es América Latina. Hay una idea que se impuso sobre el resto: el futuro del idioma español pasa en gran medida por la región.

La delegación que representó a la Argentina fue pequeña pero participativa. La integraron, entre otros, el presidente de la Academia Argentina de Letras, José Luis Moure; el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González -quien tuvo una complicación de salud y debió permanecer internado en Panamá-; los escritores Abel Posse y Guillermo Martínez, y el dibujante Miguel Repiso, Rep.

Para proyectar el futuro de la lengua española, antes de enumerar los nuevos dispositivos y los cambios en los hábitos de consumo cultural, lo que se desliza en el debate latinoamericano son las asimetrías entre los que saben leer, y no entienden lo que han leído, y los que no saben leer por no haber podido ir a la escuela. No se puede soslayar esta inequidad cultural en la región.

Entre los académicos presentes hubo consenso acerca de que en América Latina, una de las principales deficiencias del sistema educativo es que "se ha enfatizado en aprender a leer en vez de leer para aprender, de allí los bajos índices académicos", apuntó Juan Carlos Vergara Silva, representante de la Academia Colombiana.

Ratificando la idea sobre el rol deficiente de la educación en la región y su consiguiente impacto en el debilitamiento de la lengua española , agregó Lucy Molinar, Ministra de Educación de Panamá: "Hemos querido imponer una enseñanza como la nuestra y nos hemos olvidado de los alumnos. Hoy el estudiante no solo quiere ser receptor de información, quiere construir conocimiento".

El escritor peruano y Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa cerró el Congreso optimista y cargado de euforia: "Necesitamos defender y cuidar nuestra lengua, no cerrándonos a lenguas extranjeras, sino abriendo las ventanas de nuestro idioma para enriquecernos de otros lenguajes, tal y como ellos lo hacen con nosotros. Debemos impedir que el idioma se empobrezca y se degrade".

"La lengua española se está difundiendo en los últimos años por distintas razones. Por un lado, hay razones culturales: muchos hablantes del español, sobre todo latinoamericanos, siguen teniendo familias numerosas, fenómeno que parece no verificarse en algunas comunidades europeas. Por otro lado, el crecimiento de la población hispanohablante en los Estados Unidos también moviliza una cierta moda y cambios en el mercado. Pero, además, creo que no puede obviarse el hecho de que muchos hispanohablantes de ambos lados del Atlántico se destacan en el deporte, en el arte y en las ciencias, lo que actúa como un difusor interesante de nuestra lengua, explica Silvia Ramírez Gelbes, doctora en Lingüística de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Directora de la Licenciatura en Comunicación de la Universidad de San Andrés.

Para los editores de América Latina, en este momento el reto es lograr entender las nuevas dinámicas de producción, distribución y consumo cultural en la era digital.

La educación y el fomento de la lectura fueron algunos de los retos tajantes que dejó sobre la mesa el encuentro de Panamá. La batalla por el futuro del libro se dirime en Latinoamérica. Y otro de los nudos que se sumó al debate fue la circulación del idioma español.

"Para que la circulación de la lengua española se expanda en todo su potencial hay que tomarse en serio su diversidad", dijo Nubia Macías, editora de la editorial Planeta en México .

La editora argentina Ana María Cabanellas, agregó: "El crecimiento de la industria se ve frenado por las dificultades de distribución. Con mayores ofertas y precios más bajos enfrentaríamos mejor la piratería".

"La cuestión pasa por la implantación de un eje de trabajo que cambie el enfoque, una dirección de distribución que vaya de Norte a Sur y de Sur al Norte" expresó Claudio López Lamadrid, editor de la editorial Radom House Mondadori.

"Nadie sabe si el libro va a mantenerse como lo conocemos en la actualidad o no. Es probable que mute, que se transforme. Es probable que en algunas décadas dejemos de tener libros de papel para tener sólo libros electrónicos que se compongan no únicamente de escritura sino también de imágenes y audios ( tablets, e-books). Eso sí, a diferencia de las imágenes y los audios (al menos, por el momento), la escritura permite hacer una búsqueda con sólo pasar los ojos encima del texto para localizar la información que se busca. El texto está todo a disposición ahí. A diferencia de esto, el audio o el video hay que verlos/escucharlos en desarrollo (es decir, exigen tiempo) para encontrar el segmento que buscamos", opina la linguista argentina.

El (nuevo) rol de las bibliotecas

A 13 años de haberse iniciado el siglo XXI y en tiempos de hipertexto y acceso digital al conocimiento y la lectura es válido redefinir el rol de las bibliotecas. En el Congreso de Panamá se planteó el desafío de salirse de su función tradicional de transmitir conocimientos y productos culturales.

"Hoy, las bibliotecas están llamadas a convertirse en verdaderas escuelas de alfabetización digital en las ciudades, los pueblos, los barrios", dijo al respecto José Carreño Carlón, director del Fondo de Cultura Económica, México.

"Más allá de la discusión sobre si es mejor o no el libro de papel o el electrónico, contar historias seguirá siendo la esencia de nuestros orígenes", expresó Juan Luis Cebrián, periodista y presidente del grupo de medios españoles Prisa.

Ante la pregunta que se formuló más veces a lo largo de los cuatro días que duró el Congreso: ¿Usted cree que hoy se lee menos que antes?, Ramírez Gelbes da su opinión:

"Todo depende de cómo se define leer. Por el contrario nunca en la historia se leyó, ni se escribió tanto como en la actualidad. Mi abuela, probablemente, sólo escribía la lista del supermercado (o del almacén) para que mi abuelo hiciese las compras. Hoy los abuelos (los tíos, los primos...) escriben mails, tuits, postean en el muro de facebook, en fin. Y leen cataratas de mensajes de conocidos y desconocidos. Ahora bien, si hablamos de novelas, cuentos o poesía; sí, puede ser que se lea menos".

e-books y Google, nuevos paradigmas

"La venta de e-books en España, centralizada en Amazon y Apple, representan el 70% de las descargas globales. En Estados Unidos y Reino Unido la situación es más dramática: cerca del 90% de la facturación la hacen estos dos canales" explicó Pilar Reyes, editora de Alfaguara.

Los grandes grupos de distribución 'online' desafían a los sellos tradicionales. Amazon y Apple acaparan el mercado de e-books . El terreno de la edición en español es crucial en esta discusión.

Florencia Bianco, gerente de Comunicaciones Corporativas de Google Hispanoamérica expuso: "Se habla de una crisis de contenido en español pero en Google lo vemos como una oportunidad. Los contenidos en español tienen todavía mucha vida gracias a las nuevas tecnologías".

El ex presidente de Ecuador, Osvaldo Hurtado se refirió a las ediciones electrónicas: "Cuando éstas comienzan a superar a las (ediciones) impresas se convierten en el camino para que los países alcancen el anhelado fin de la democratización de la lectura" .

"Hay un punto en el que, desde el exterior de la lengua, se ha buscado unir a todos los países hispanohablantes: el español neutro. Creo que este es un concepto controvertido que no nos sirve realmente a los hispanohablantes porque, en todo caso, ese es un español que no habla nadie - a excepción de los doblajistas de los grandes estudios cinematográficos o de los productores de manuales de instrucciones para computadoras- y que a nadie representa. Hay algunas experiencias, incluso en los medios electrónicos (vale el ejemplo de la serie Violetta), en las que participan personajes que hablan distintos dialectos del español: esas experiencias, creo, son más respetuosas y efectivas que el español neutro; si de unir a los distintos países de habla hispana se trata", interpreta Ramírez Gelbes.


El "boludo" de Gelman


En el contexto del VI Congreso Internacional de la Lengua Española, el diario español El País convocó al escritor y poeta argentino Juan Gelman para elegir una palabra que represente la naturaleza de su país. Gelman eligió: "Boludo".

Sobre esta palabra, el propio Gelman, ganador de los premios Cervantes y Juan Rulfo explicó: "Es un término muy popular y dueño de una gran ambivalencia hoy. Entraña la referencia a una persona tonta, estúpida o idiota; pero no siempre implica esa connotación de insulto o despectiva. En los últimos años me ha sorprendido la acepción o su empleo entre amigos, casi como un comodín de complicidad. Ha venido perdiendo el sentido insultante. Ha mutado a un lado más desenfadado, pero sin perder su origen".

Ramírez Gelbes cree importante explicar el sentido de la palabra: "Juan Gelman eligió esta palabra paradójica y yo creo que, aunque provocadora, es necesario explicarla. En primer lugar, no estoy segura de que nos represente a todos los argentinos, pero sí creo que es una buena representación de los porteños. La palabra "boludo" es un término que yo llamaría bisémico (tiene dos sentidos): es a la vez un insultativo y un insultivo. Es un insultativo porque sirve para insultar, para evidenciar enojo y proponer una afrenta. Pero es también un insultivo porque, en algunas situaciones de intercambio definitivamente coloquial o familiar, marca confianza extrema, amistad y complicidad. Creo que es una buena representación de nuestra identidad, fundada en la paradoja que los porteños solemos manifestar con la expresión "así como te digo una cosa, te digo la otra", esta suerte de indefinición entre extremos que nos hace ver tan pasionales y tan inexplicables a los ojos de los demás. A muchas otras culturas les parecería demasiado extraño: tratamos a un amigo con un insulto justamente para manifestarle con certeza que lo sentimos amigo".


"La lengua es una entidad viva que va cambiando y los dueños de la lengua no son ni las academias, ni los profesores en tanto profesores, ni los investigadores en tanto tales: son los hablantes. Tal vez en la medida en que nos convenzamos del valor no solo de nuestra lengua sino de nuestros dialectos particulares (las formas de hablar de cada región geográfica), nos respetaremos más los unos a los otros y tendremos nuestra propia forma de hablar en más alta estima", puntualizó Ramírez Gelbes.