La gobernación de Río de Janeiro, donde los índices de asesinatos registraron un récord en agosto, reconoció que se vive una guerra en ese estado.
"Sobre la criminalidad en Río de Janeiro, digo que se viven dos momentos a la vez: una total tranquilidad en lugares donde antes había una verdadera guerra, pero lamentablemente aún hay lugares en los que tenemos una guerra", declaró el secretario de seguridad carioca, Mariano Beltrame, según publicó este viernes el diario O Globo.
El gobierno de Dilma Rousseff convocó, el jueves, a Beltrame y a funcionarios del estado de San Pablo para analizar la a href="http://www.infobae.com/2013/10/31/1520531-black-bloc-volvio-marchar-las-calles-rio-janeiro" rel="noopener noreferrer" ola de manifestaciones violentas/a y las denuncias de excesos en la represión de las fuerzas del orden.
Durante el encuentro, el ministro de Justicia federal, José Eduardo Cardozo, acordó con las autoridades cariocas y paulistas elaborar un código de procedimientos de la Policía para enfrentar los desmanes de los manifestantes.
Desde junio, Río de Janeiro enfrenta un clima de tensión agravado por las protestas callejeras y el descontento en las favelas, donde fueron denunciadas torturas y la desaparición de un albañil, un caso que fue repudiado por Amnistía Internacional. "Respecto a la punición de los policías (envueltos en ilícitos), quiero decir que en Río, en los últimos siete años, ya fueron expulsados 1.500 policías" por diversos delitos en el ejercicio profesional, aseveró Beltrame.
El secretario de seguridad es el funcionario que implementó el programa de Unidades de la Policía Pacificadora, establecidas en decenas de favelas de Río de Janeiro para erradicar el narcotráfico y garantizar el orden de cara a la Copa del Mundo.