A menos de tres semanas de la elección presidencial en Chile, la derecha vive su peor crisis en 60 años, que la mantiene en peligro de acceder a la segunda vuelta electoral por primera vez desde el retorno a la democracia en 1990 y que anticipa una agudización de su conflicto interno.
Cuando faltan pocos meses para el término del primer gobierno de derecha democráticamente elegido desde 1958, que llevó al poder al presidente a href="http://www.infobae.com/personajes/sebastian-pinera-a429" rel="noopener noreferrer" Sebastián Piñera/a, la candidata del oficialismo, Evelyn Matthei, alcanza sólo el 14% de las preferencias según la encuesta del Centro de Estudios Públicos, altamente respetada.
El sondeo, que posee un margen de error que bordea el 3%, afirma que si las elecciones fueran el domingo, la centroizquierdista Michelle Bachelet, que gobernó Chile entre 2006 y 2010, ganaría en primera vuelta por más de 30 puntos porcentuales sobre Matthei.
Mientras Bachelet se alza como la base de la oposición y está en campaña desde marzo, cuando renunció a su puesto como directora de ONU Mujeres, Matthei es la cuarta postulante oficialista a la presidencia en cinco meses.
Primero fue Laurence Golborne, el ministro a cargo del rescate de los 33 mineros de Atacama, quien perdió su candidatura y alta popularidad por un escándalo financiero.
Después Andrés Allamand, un histórico de la derecha más liberal que perdió las elecciones primarias frente a Pablo Longueira, cercano al ex dictador Augusto Pinochet y experto político que bajó sorpresivamente su postulación por una patología psicológica.
En medio del desconcierto, fue nominada Matthei.
Alberto Mayol, sociólogo de la Universidad de Chile, afirmó a The Associated Press que "esta elección es un trámite salvo por una cosa: la acreditación del carácter histórico de la muerte de la derecha".
"La derecha muere en esta elección a niveles que jamás se habían visto. Ni siquiera va a obtener su tercio histórico en esta votación", dijo el experto.
En la encuesta del Centro de Estudios Públicos, Bachelet alcanza el 47% de las preferencias. Para ser elegido en primera vuelta, un candidato debe obtener el 50% más uno de los votos. Pero según el sondeo, si las cifras se proyectan excluyendo los votos nulos y blancos, la ex presidente alcanzaría un 60%, mientras la ex ministra del Trabajo obtendría sólo un 17 por ciento.
A su vez, si se toman en cuenta las muestras de quienes han dicho que irán a votar con toda seguridad el 17 de noviembre, de quienes probablemente votarán, de quienes votaron en la última elección municipal y de quienes dicen que están interesados en ir a votar, Bachelet obtendría entre un 52% y 54% mientras Matthei estaría entre un 16% y un 19 por ciento.
Matthei, una abierta adherente al ex dictador Augusto Pinochet, asumió su candidatura poco antes de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado de 1973.
Cuando algunos dirigentes de su sector pidieron disculpas por su rol en la dictadura, Matthei aseveró tajante: "Yo tenía 20 años cuando fue el golpe, no tengo por qué pedir perdón". Agregó que los sectores políticos "no piden perdón".
Poco antes, el presidente Piñera, sin dar nombres, habló de "cómplices pasivos" de la dictadura y criticó públicamente a Matthei al considerar "un error" que la candidata votara "sí" en el plebiscito que en 1988 terminó con la dictadura de Pinochet.
La polémica se vio acrecentada por la decisión presidencial de cerrar un lujoso penal para militares condenados por violaciones a los derechos humanos.
Piñera tampoco ha podido traspasar a Matthei una alta popularidad, ya que su gestión se ha mantenido bajo los 40 puntos y apenas superó el 20% en medio de las protestas estudiantiles de 2011.
La personalidad de Piñera, con varias salidas de libreto que lo llevaron a protagonizar más de un momento incómodo, como cuando en Alemania escribió en el libro de oro de visitas una cita de un viejo himno de connotación nazi, no ayudó tampoco a su sector, que se vio enfrascado en discusiones internas y externas por decisiones políticas que superaban su estructura valórica.
Ejemplo de esto fue el proyecto de acuerdo de vida en pareja que favorecía a las minorías sexuales y que incomodó principalmente al partido de Matthei, la ultraconservadora Unión Demócrata Independiente.
A juicio de Mayol, "en esta elección no se juega nada histórico".
"Los tiempos electorales y los tiempos de lo social se separaron en esta elección", añadió.
Por su parte, el candidato a senador de la Unión Demócrata Independiente, Iván Moreira, aseguró recientemente que la derecha vive "una crisis terminal".
Añadió: "Nuestros partidos lo han hecho muy, muy mal". Y urgió a "mejorar las cosas luego de la elección".