El juez Ariel Lijo procesó al maquinista Julio César Benítez por su responsabilidad en el choque del tren de Once del sábado 19 de octubre pasado. El procesamiento fue sin prisión preventiva y por el delito de descarrilamiento culposo.
Ese delito fue agravado, según el procesamiento firmado por Lijo, debido a que Benítez sacó de la gaveta de la cabina del tren el disco rígido con las imágenes de lo sucedido aquella mañana.
Asimismo, el magistrado embargó a Benítez por $2,5 millones.
De acuerdo con la resolución, se logró demostrar que el impacto del tren tuvo relación con las acciones del motorman, provocando lesiones a unas 105 personas.
Asimismo, Lijo comprobó que Benítez conducía de manera consciente, temeraria y que no redujo la velocidad de la formación, ingresando a la estación Once a 22 kilómetros por hora. Descartó además que el tren haya sufrido problemas con sus frenos u otros desperfectos.
El juez también cuestiona el funcionamiento del sistema ferroviario porque posibilita que la suerte de cientos de pasajeros se someta sólo al arbitrio de una persona, el motorman.
Cuestionó así que no exista algún otro tipo de control para evitar accidentes, dejando que la responsabilidad siempre recaiga sobre una persona.
"Debe advertirse la dimensión de riesgos que rodean este tipo de actividad y la sensibilidad de roles que pueden conectar a cada participante con las hipótesis de riesgos posibles por violaciones de deberes indeterminadas. En este sentido resulta imprescindible que cada competencia sea analizada en su universo propio pero considerando el todo que la compone. De lo contrario, se estarían sobredimensionando violaciones individuales de deberes de cuidado y de tal modo, descuidando el marco general donde se inscriben esas violaciones", detalló.
La semana pasada, de acuerdo con los informes que recibió el juez, quedó comprobado que el tren que conducía Julio Benítez ingresó al andén a una velocidad superior a los 12 kilómetros por hora permitidos, tal como había dicho el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, horas después de lo sucedido.
Según los registros a los que accedió el magistrado, entre las estaciones de Paso del Rey y Merlo, la formación circuló a 65 km donde la velocidad máxima es de 60 km por hora; entre las estaciones de San Antonio de Padua e Ituzaingó, a 63 km por hora, donde la velocidad era de 60km; entre las estaciones Castelar y Morón, a 68 km, donde la velocidad máxima también es 60 km; entre las estaciones Morón y Haedo, a 63 km por hora, y entre las estaciones Haedo y Ramos Mejía, a 69 km por hora.
"No logré recordar nada, igual el lugar donde estoy no ayuda mucho, ahí no se puede dormir; aparte me está creciendo un dolor de cabeza que ni con calmantes se me está pasando", aseguró Benítez ante el juez con respecto a su detención y alojo en la Unidad 28 de la Alcaldía de Tribunales.