Claustrofobia: ¿miedo racional o temor infundado?

Los lugares cerrados son toda una amenaza para muchas personas. Especialistas aseguran que la persona claustrofóbica no tiene miedo al espacio en sí, sino a las posibles consecuencias de estar en ese lugar. Los ascensores, entre los más temidos 

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La claustrofobia es un problema que puede traer severas consecuencias en el normal desenvolvimiento de la vida de una persona. El miedo al encierro afecta en todas las culturas, razas y niveles socioeconómicos, y su evolución y complicaciones son muy variables pero tiende a ser un cuadro fluctuante y crónico.

La persona claustrofóbica no tiene miedo al espacio cerrado en sí mismo, sino a las posibles consecuencias negativas de estar en ese lugar, como quedarse encerrado para siempre o la asfixia por creer que no hay suficiente aire en ese lugar.

En el caso puntual de la claustrofobia, es una fobia específica por la cual la persona reacciona con desesperación por miedo a ahogarse o sofocarse al quedar en el interior de un lugar cerrado que, además de ascensores, puede desatarse frente a todo espacio relativamente reducido como puede ser el subte, el tren, los aviones, los túneles o sótanos, los dispositivos diagnósticos como la resonancia magnética, las habitaciones pequeñas (baños), teatros, cines, auditorios, etc.

Según la licenciada Lila Isacovich, directora del área asistencial de la Fundación Buenos Aires, "la claustrofobia en sí misma no es un trastorno de ansiedad o un ataque de pánico, sino que suscita los mismos síntomas. Es decir, cuando la persona debe enfrentarse o entrar a un lugar cerrado, comienza a experimentar los mismos síntomas que despiertan esos síndromes".

Los síntomas más comunes

-Falta de aire

-Temor a morir asfixiado

-Taquicardia

-Sudoración

-Mareos

-Desesperación

Medidas que pueden ayudar a la persona claustrofóbica

-Asegurarse de la cercanía de la salida

-Verificar que no haya ningún impedimento en la salida

-Chequear el buen funcionamiento del ascensor y de la alarma

-Ir acompañado durante el viaje

-Recordar situaciones anteriores donde no ocurrió nada

En muchos casos, la persona afectada necesita ubicarse inmediatamente en los lugares de salida, cerca de las puertas, y verificar que no se cierren.

"Para desencadenar la claustrofobia, puede o no haber ocurrido en algún momento un accidente en un ascensor, no necesariamente alguien 'teme' porque alguna vez se quedó encerrado, ya que, esta dificultad, en términos psicológicos, puede estar representando otra cosa. Por ejemplo, la fantasía erótica rechazada de tener un encuentro amoroso en el ascensor, una escena de seducción, o quizá sufrir alguna agresión física, como se ve en tantas películas y publicidades, ya que es un lugar común en el imaginario social. ¿O acaso no se trata de compartir un viaje con un desconocido a solas?", sostuvo Isacovich.

Ante estos temores, Andrés Pozzo, presidente de la Federación de Asociaciones y Cámaras de Ascensores de la República Argentina (Facara) sostuvo que "el ascensor de por sí es un equipo intrínsecamente seguro, cuando se lo fabrica, instala y mantiene de acuerdo con la normativa".

La desesperación de los usuarios, con problemas de claustrofobia o no, los lleva a intentar salir por sus medios ante una situación de encierro, o que pidan a las personas que están afuera que intenten socorrerlos abriendo las puertas por sus medios.

Desde Facara aseguran que trabajan intensamente para crear conciencia sobre la seguridad, y en la difusión de las reglas básicas de uso para preservar la propia integridad y la de terceros.

Reglas básicas para el uso seguro del ascensor:

-Antes de ingresar, asegurarse que el ascensor esté al nivel del piso.

-Respetar la capacidad máxima de carga.

-No detenerse entre las puertas del ascensor.

-No introducir las manos o pies entre las puertas tijeras.

-Si el ascensor se detiene fuera de los pisos no tratar de descender por los propios medios, se debe pulsar la alarma y esperar.

-No intentar forzar las puertas en ningún momento.

-No hacer movimientos bruscos dentro de la cabina.

-Para el mantenimiento del ascensor, contratar a una empresa responsable.

-Los niños deben viajar siempre acompañados de un adulto y alejados de las puertas.

-Los menores deben descender siempre delante de quienes lo acompañan.

Cómo actuar en caso de encierro en un ascensor

"Todos los usuarios deberían saber que si un ascensor se detiene por alguna falla técnica, corte de luz, o problema de apertura de puertas por la cerradura, el lugar más seguro para permanecer es dentro de la cabina, esperando la llegada del personal especializado para su auxilio. Para ayudar a disminuir la ansiedad, es importante que el equipo cuente con luz de emergencia, alarma de llamada y, en la medida de lo posible, con medio de comunicación como puede ser un sistema de portero eléctrico o intercomunicador", señaló el ingeniero Norberto Rinaldi, miembro del Comité Permanente de Seguridad.

Consejos básicos ante el encierro en un ascensor

El ingeniero Sebastián Altamiranda elaboró una serie de recomendaciones para tener en cuenta.

Desde afuera del ascensor:

-En el caso de encierro, no rescatar a las personas atrapadas, sino llamar a la empresa conservadora para su auxilio y, mientras ésta llega, calmar a la persona que se encuentra encerrada mediante el diálogo.

Desde el interior del ascensor:

-No intentar salir por los propios medios, forzando la puerta, desde ningún punto de vista.

-Mantener la calma. Los nervios no solucionan nada y agravan la situación. La ansiedad es contagiosa y mala consejera. Si uno se encuentra encerrado con otra persona tiene que tener en cuenta que el nerviosismo se transmite y empeora la situación.

-Estructurar el tiempo. Es muy importante establecer una batalla y focalizarse en temas que nos interesan y nos generan placer. La mente necesita pensar y resolver algo agradable, no evocar recuerdos fugaces. Lo recomendable es realizar tareas mentales, tratar de resolver algún problema concreto de nuestra vida o planificar proyectos. Diseñar negocios futuros y generar estrategias para alcanzarlos, imaginar el próximo partido de fútbol que se va a jugar, idear una receta para agasajar a alguien, intentar solucionar problemas matemáticos o pensar en un cuento, forman parte de los temas "distractores" que se sugieren para pasar el rato hasta que la empresa conservadora solucione el problema..

-Respirar pausado. La respiración diafragmática, que consiste en inspirar profundamente, (empujando el diafragma hacia abajo) y exhalar lentamente, permite disminuir el ritmo cardíaco y respiratorio y restablecer la calma a nivel físico, primero, y luego a nivel emocional. Además, se evitan mareos y los síntomas propios de la ansiedad, como taquicardia, sensación de desmayo, de asfixia o falta de aire.

-El humor como herramienta. Es el mejor remedio para desdramatizar la situación y no desesperarse. Tener en cuenta que aunque el tiempo parezca interminable, la situación es pasajera y luego se convertirá en una anécdota.

Consecuencias sociales para quienes padecen claustrofobia

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Una fobia que puede ocasionar vergüenza o alterar la vida normal.

Para nadie es agradable tener que evitar los ascensores o sufrir cada vez que se debe usarlos. Las personas que sufren esta fobia tratan de no exteriorizar el temor y el malestar que se les genera cuando no tienen más remedio que tomarlos. Otras, prefieren ir por la escalera, pero si son muchos pisos, directamente no los suben, por lo cual pueden poner en riesgo su funcion laboral, por ejemplo, o dejar alguna actividad social. "Claro que si se quiere eliminar el problema, finalmente tendrán que encarar una terapia donde se investiguen las causas. Dado que si se llega a la raíz de lo que lo motiva, probablemente cambien muchos otros aspectos de la vida de una persona", aclaró Isacovich.

Por otra parte, la claustrofobia –como toda manifestación de este tipo– expresa un temor desplazado, que tiene su origen en una situación diversa. Encontrar el temor "original", por así decir, es lo que va a preservar al paciente de la aparición de estos síntomas. Todo síntoma está expresando algo y tiene un sentido oculto, disfrazado, que habrá que develar si pretendemos liberar al que lo padece. Muchas veces inconsciente, este factor insiste en manifestarse, entonces podemos pensar el síntoma más como una oportunidad de enterarnos de algo que forma parte de nuestro ser y nuestra historia, que de un malestar que hay que eliminar", concluyó Isacovich.