La innovación es la palabra que mejor define el rumbo de nuestra época. Y está totalmente ligada a los jóvenes como concepto de futuro. Involucra talento, creatividad y también un criterio solidario, a sabiendas que la sociedad también cambia cuando los factores de producción se combinan de una manera novedosa.
Y sí, hoy se habla mucho de innovación y mucho más de innovación social, que es la innovación con impacto en la comunidad.
El listado de los temas que integran la agenda del futuro no es muy largo, pero sí es preciso. En América Latina hay muchos jóvenes, y entre ellos tres son argentinos, que ya están participando con propuestas concretas. Se trata de proyectos sobre educación, empleo, tecnología, cambio climático, inclusión social y reducción de la pobreza.
En economía, el austro-estadounidense Joseph Schumpeter fue quien introdujo el concepto con su "teoría de las innovaciones", en la que define a la innovación como el establecimiento de una nueva función de producción.
Este prestigioso profesor de Harvard sugiere que invenciones e innovaciones son la clave del crecimiento económico futuro y quienes implementan ese cambio de manera práctica son los emprendedores. Los conceptos de vanguardia y creatividad se vuelven relevantes.
Un think tank o "tanque de ideas" pasó de ser un término marketinero a ser una definición precisa de un encuentro de personas cargadas de talento y dispuestas a hacerlo circular en la comunidad regional y global en la que viven.
Y un estimulante think tank desbordó la semana pasada en Washigton DC y allí tres argentinos fueron protagonistas. Organizado por el Programa de Innovación Social para el Desarrollo del BID -unidad Juventud- se reunieron los 25 jóvenes que participaron del Programa y allí cada uno expuso su proyecto y compartieron las preguntas e inquietudes de empresarios, especialistas y académicos para darle forma y continuidad a los mismos.
¿Cómo se practica e implementa la innovación? ¿Se trata de un nuevo punto de vista sobre los temas, el mundo y la sociedad global?