En 1943, Alemania se había convertido en la "bestia" que derrotar y miles de personas morían a diario en los campos de concentración nazis. Fue entonces cuando los servicios de inteligencia de Estados Unidos encargaron un exhaustivo informe psicológico de Adolf Hitler para obtener información que ayudara a los Aliados a ganar la Segunda Guerra Mundial.
El encargado fue Henry Murray, un prestigioso psiquiatra de la Universidad de Harvard que desgranó, en 250 páginas, la mente del dictador alemán con un informe titulado: "Análisis de la personalidad de Adolf Hitler: con las predicciones de su comportamiento futuro y sugerencias para tratar con él ahora y después de la rendición de Alemania". El texto permaneció en secreto hasta que hace 7 años un familiar del académico dio permiso para que se hiciera públic. Actualmente puede consultarse en internet.
Según el diagnóstico de Murray, Hitler sufría histeria, neurosis, esquizofrenia y, entre otras cosas, paranoia. Incluso precisó que era un tipo incapaz de aceptar una broma y se comportaba como un criminal compulsivo. "Es una persona rencorosa y vengativa, poco tolerante con las críticas y con tendencia a menospreciar a las personas", aseguraba el documento, que añadía otras interpretaciones como que "tenía una gran confianza en sí mismo y era altamente perseverante frente a la derrota".
Este último dato fue el que quizás llevó a Murray a concluir que, como ocurriría dos años después, el Führer tenía amplias probabilidades de suicidarse si perdía la guerra, informó un artículo del diario español ABC.
En los últimos años, diferentes psiquiatras de prestigio han restado importancia a este informe, el primero que se realizó sobre Hitler. En primer lugar, porque no hacía referencia en ningún momento a los factores genéticos, que por aquel entonces aún no se habían explorado. Y en segundo, porque fue realizado desde la distancia, mediante datos escolares y militares del dictador, a través de su propia obra, de recortes de prensa y de la información recabada por sus propios biógrafos, además de algunos datos de su genealogía y de los proporcionados por los servicios secretos.
A pesar de los aciertos, como es el caso del suicidio de Hitler junto a Eva Braun, el 30 de abril de 1945, en ningún momento Henry Murray intercambió una palabra con líder nazi, razón por la que se sostiene que su informe está lleno de prejuicios.
Por ejemplo, el texto añadía detalles como que Hitler era un masoquista pasivo con tendencias homosexuales reprimidas, pero que la raíz de su carácter violento procedía de los abusos y humillaciones que sufrió cuando era niño por parte de su padre.