Por una operación, postergan asunción del nuevo secretario de Estado del Vaticano

La Santa Sede comunicó que Pietro Parolin tomará posesión de su nuevo cargo "dentro de unas semanas, debido a una cirugía menor a la que tuvo que someterse". Hoy martes, el Papa encabezó la ceremonia de despedida de Tarcisio Bertone

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Pietro Parolin, el hombre elegido por Jorge Bergoglio para ocupar el estratégico cargo de Secretario de Estado vaticano, es decir, una suerte de Primer Ministro, asumirá finalmente su nuevo cargo dentro de unas semanas. Se esperaba que lo hiciera hoy, pero la Santa Sede comunicó que se pospuso la asunción debido a una "cirugía menor a la que tuvo que someterse".

Parolin tiene 58 años, y desde 2009 se desempeñaba como nuncio –embajador de la Santa Sede- en Venezuela. Habla perfecto español, además de inglés y francés.

A Pietro Parolin le gusta decir que, con un papa argentino, "el español es ahora el idioma del mundo". Su designación fue una sorpresa, en primer lugar, para él mismo. Aunque aseguró que se siente "muy afín a su manera de entender la Iglesia y, sobre todo, a su estilo de sencillez y cercanía a las personas", Parolin ha tenido poco trato personal con Jorge Bergoglio.

En este marco, esta mañana, el papa Francisco encabezó la ceremonia de despedida al cardenal Tarcisio Bertone, que ha ejercido el cargo de Secretario de Estado durante siete años.

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El sucesor de Bertone es licenciado en Derecho Canónico, diplomático del Vaticano desde 1986, ha servido en las nunciaturas de Nigeria y México y, en Roma, fue viceministro de Relaciones con los Estados durante siete años, antes de convertirse en nuncio en Venezuela, un país difícil, donde logró hacer un muy buen papel.

La designación de Parolin implica el regreso de un diplomático a ese cargo, ya que una de las características de Bertone era un relativamente escaso interés por los asuntos exteriores y una gestión más volcada a los temas internos de la Curia y de la política italiana –respecto de la cual Francisco quiere mostrarse mucho más prescindente.

La elección de Parolin sería, por lo tanto, una señal de que el nuevo papa quiere intensificar la presencia diplomática del Vaticano en la escena mundial.

En la entrevista que concedió al diario mexicano El Universal, el pasado 8 de septiembre, Parolin decía: "Como Iglesia, tenemos en nuestras manos la posibilidad de participar en la vida internacional por la vía diplomática". De hecho, el Vaticano dispone de a href="http://www.infobae.com/2013/09/06/1507129-embajadores-dios-secretos-un-servicio-diplomatico-unico-el-mundo" rel="noopener noreferrer" una red mundial de nuncios en todos los países/a y, en aquellos con los cuales mantiene relaciones diplomáticas –que son la mayoría, 179 Estados-, estos representantes ofician de embajadores.

El nuevo Secretario de Estado conoce bien esta estructura: además de haber sido hasta la semana pasada embajador de la Santa Sede en Venezuela, participa de esa red desde 1986, cuando egresó de la Academia Eclesiástica Pontificia, la escuela donde se forman los nuncios. Desde aquella fecha, participó de varias misiones internacionales, en particular, en Asia, algo que ahora, como secretario de Estado, seguirá haciendo, pero con mayor proyección.

En concreto, Jorge Bergoglio ha elegido a un "primer ministro", formado en la política exterior vaticana, tanto en funciones en Roma como en el exterior. Además, se ha especializado en el tratamiento de los dossiers de las relaciones bilaterales más delicadas de la Santa Sede: como el caso de Vietnam, un país donde la Iglesia Católica viene desarrollando un trabajo de largo aliento para avanzar en la conquista de una mayor libertad religiosa.

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Del hecho de que el papa Francisco haya creado una nueva estructura, un Consejo de 8 cardenales que lo asesorará en los temas de la Curia, puede suponerse que la Secretaría de Estado estará más volcada a la diplomacia y los asuntos exteriores. La Secretaría tiene, por cierto, dos secciones, una para Asuntos Generales y otra para las Relaciones con los Estados, cuyo responsable suele ser llamado canciller o ministro de Exteriores. Es posible entonces que esta "segunda sección" cobre mayor importancia en la próxima gestión, ya que, los "asuntos generales" estarían en parte en manos del consejo de cardenales.

Es evidente que el Papa desea una Iglesia que vaya a las periferias del mundo, que esté más comprometida con los grandes temas internacionales, como lo demuestra su viaje a Lampedusa, la vigilia por la paz en Siria y el seminario sobre el tráfico de personas que organiza la Academia Pontificia de Ciencias Sociales para el mes de noviembre.

"No quisiera una diplomacia que haga las primeras planas de los diarios sino que sea más eficaz. No buscamos popularidad", había dicho monseñor Paroli en agosto pasado.

A raíz de esto, el corresponsal del diario francés La Croix en Roma, escribe: "Esta mezcla de discreción y eficacia debería servirle al nuevo secretario de Estado para acercarse al Asia, continente que conoce bien y que algunos en Roma juzgan esencial para el porvenir de la Iglesia".

"La Iglesia nunca podrá cambiar al punto de adaptarse completamente al mundo. Si lo hiciera y se perdiera en él, ya no cumpliría su misión de ser sal y luz para todos", dijo Parolin en la entrevista citada.

Por su peculiar estatus –el ser una Iglesia universal y al mismo tiempo un Estado- la diplomacia vaticana está muy bien colocada para hacer oír su voz en el mundo.