Mientras se recibieron textos de solidaridad y de pronta mejoría de todo el arco político, incluso de mandatarios de la región, la presidente Cristina Kirchner pasó ayer sus primeras 24 horas de reposo, por prescripción médica, en la quinta de Olivos.
Luego de que los médicos le diagnosticaran una "colección subdural crónica", la mandataria se trasladó a la residencia presidencial y allí se mantuvo toda la jornada rodeada de familiares y allegados.
Sin mensajes ni pancartas como ocurrió cuando fue operada de tiroides, los alrededores de Olivos estuvieron tranquilos. Por el momento, se desconoce si Cristina permanecerá en Buenos Aires durante su período de reposo o si viajará a su residencia en El Calafate.
Cristina estuvo acompañada por su hijo Máximo (no trascendió si también estaba su hija Florencia), su cuñada, la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, mientras continúa el hermetismo sobre cuál será el rol del vicepresidente Amado Boudou durante su alejamiento del escenario público.
El sábado, Cristina Kirchner recibió una recomendación de un mes de reposo por parte de médicos oficiales y de la Fundación Favaloro, donde permaneció más de ocho horas internada y se le realizaron estudios cardiovasculares y neurológicos.
El reposo de la mandataria es acompañado por un estricto tratamiento que la obliga a no hacer ningún tipo de esfuerzos. En este marco, Boudou la reemplazará este mediodía en un acto en la Casa Rosada.