Los representantes demócratas anunciaron la estrategia en una conferencia de prensa. Los congresistas demócratas Chris Van Hollen y Geoge Miller lideran la iniciativa. Parece ser una misión imposible, por el tiempo que lleva introducir la medida procedimental y por la necesidad de convencer a 18 republicanos de que respalden la movida. Sin embargo, por ahora es lo único que pueden hacer desde su posición de minoría en la Cámara de Representantes.
Si los 200 demócratas firman la petición y logran sumar a 18 opositores, reunirán el "número mágico" para que el recurso sea aceptado. Según reporta el Huffington Post, los demócratas saben de 21 republicanos dispuestos a respaldar una ley presupuestaria "limpia" que no limite los fondos del Obamacare (la ley de salud que repudian los opositores). De todas formas, estar a favor de un presupuesto y votar en contra de las directivas de su partido no es lo mismo.
"Creo que el factor miedo de los republicanos es muy alto", alertó Steny Hoyer, representante demócrata.
Según el plan demócrata, lo más rápido que podrían forzar una votación sería el 14 de octubre. El primer paso del proceso se concretaría este mismo viernes, cuando introduzcan la iniciativa en la Comisión de Reglamento. Luego, deberán esperar 7 días y recién el 11 comenzarían a juntar las firmas. Cuando lleguen a las 218, podrán presionar para llegar al plenario el 14. Después de todo el periplo, restará lo más difícil: aprobar el presupuesto.
Estados Unidos se encuentra, este viernes, en su cuarto día de paralización parcial de las agencias federales, la Administración, a causa del desacuerdo en la Cámara sobre la ley de financiación temporal del Gobierno antes del 1° de octubre, cuando comenzó el año fiscal 2014.
Ante la falta de acuerdo sobre un presupuesto, lo que viene ocurriendo desde 2009, el Congreso ha superado, durante los últimos años, este trámite para evitar un cierre parcial de la Administración.
Sin embargo, este año la mayoría republicana en la Cámara baja se ha negado a dar luz verde a la ley si ésta no incluía una disposición que retirara los fondos federales o retrasara la ejecución de la reforma sanitaria, la ley estrella de la Administración de Barack Obama, cuya aplicación acaba de comenzar.
Estados Unidos no pasaba por una situación así desde 1996, pero la polarización del Congreso ha derivado en esta situación excepcional, que aumenta la preocupación sobre si se logrará finalmente un acuerdo respecto al límite de la deuda, ahora situado en 16,4 billones de dólares.