El premio Nobel de la Paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, envió una carta al presidente de Rusia, Vladimir Putin, expresándole su "preocupación" por la situación de los ambientalistas de Greenpeace detenidos en aquel país y reclamándole su libertad.
En la misiva, dirigida también a la presidenta Cristina Fernández, el titular de Serpaj se refirió puntualmente a los compatriotas Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi, aduciendo que "me preocupa su bienestar".
"Como Usted mismo ya ha asumido públicamente, los ambientalistas de Greenpeace no son piratas", le recordó Pérez Esquivel al presidente Putin.
Además, evocó que "la organización lleva más de 40 años trabajando por nuestro planeta siempre de manera pacífica. Greenpeace nunca ha usado la violencia como método de protesta, es por ello que resulta incomprensible la detención preventiva de cada uno de ellos y la investigación que se ha abierto", subrayó.
Por último, el dirigente humanista pidió "con todo respeto" a Putin la libertad de los detenidos, "que ya fueron retenidas sin cargos en el Arctic Sunrise, y que ahora han sido privadas de su libertad por una acusación que Usted mismo ya ha desestimado", concluyó Pérez Esquivel.
En el día jueves, a Justicia rusa dispuso la prisión preventiva de 21 activistas por considerar que existe "peligro de fuga", e informó que quedarán detenidos al menos dos meses.
Los magistrados luego decidirán si la protesta que llevaron adelante los ambientalistas contra una plataforma petrolera en el Ártico constituye el delito de "piratería". En caso de ser encontrados culpables, podrían enfentar penas de hasta 15 años en prisión.