Luego de que el pasado lunes el gobierno tomara la decisión de suprimir las subvenciones a los carburantes, los sudaneses se manifestaron en masa en varias regiones.
En algunos casos, las protestas terminaron en robos y ataques a bienes públicos y privados, lo que dio la excusa al gobierno para lanzar una furibunda represión.
Dos organizaciones de defensa de los derechos humanos acusaron a las fuerzas de seguridad de haber disparado deliberadamente sobre quienes protestaban y denunciaron la muerte de 50 personas en todo el país.
Según fuentes hospitalarias y policiales, son 29 las personas que fallecieron. La mayoría, civiles abatidos por la policía.
Los activistas, que piden la dimisión del presidente Omar al Bashir, convocaron a nuevas manifestaciones tras la oración de los viernes en las mezquitas.
El ejecutivo oficialmente guarda silencio, aunque la televisión estatal y el gobernador de
advirtieron que la policía impedirá "
, a los bienes y a las personas".