Desde que Qatar fue apuntado para albergar el Mundial del 2022, una y otra vez se discutió sobre el tema. Primero surgieron fuertes rumores de ua href="http://www.infobae.com/2013/01/29/693765-francia-vinculan-batistuta-y-grondona-un-escandalo-corrupcion" rel="noopener noreferrer" fraudes y coimas dentro de la FIFA/a/u a cambio de votos para la designación, pero luego apareció otro problema: el clima. En verano se hace imposible jugar bajo el rayo del sol de Medio Oriente y por eso ua href="http://www.infobae.com/2013/07/08/719188-para-el-mundial-2022-qatar-combatira-el-calor-nubes-artificiales-355-mil-euros" rel="noopener noreferrer" diseñaron nubes artificiales/a/u para contrarrestarlo, algo que no parece muy verosímil ni factible.
Hasta el propio Joseph Blatter, presidente de la FIFA, admitió que tal vez haya sido un error elegir esa sede por los problemas climáticos, y mientras se debate la realización de esa Copa del Mundo (también hubo serios inconvenientes en la de las Confederaciones, rumbo a la próxima en Brasil), en las obras de los lujosos estadios, ya fallecieron 44 trabajadores.
Según una investigación de The Guardian, más de cuatro decenas de obreros perdieron la vida por causa de las pésimas condiciones en las que se encontraban trabajando. Las empresas constructoras no solamente mantenían hacinados a los mismos, sino que hasta les prohibían tomar agua cuando estaban a casi 50 grados de temperatura, más la gran cantidad de horas de labores, que se acercan a la explotación y esclavitud.
Uno de los testigos fue entrevistado y reveló que sus empleadores retenían dos meses su sueldo para que no abandonaran las obras, por lo que algunos tenían que pedir limosna para sobrevivir. A su vez, le negaron el permiso para obtener su documento de identidad y confiscaron su pasaporte, teniendo en cuenta que la mayoría de los contratados provienen del extranjero.
Aproximadamente 1.500.000 de obreros están destinados a la construcción de hoteles, rutas, puertos y nueve estadios de última generación, aparte de un tren y una carretera sobre el mar que unirá Qatar y Bahrein, separados por 50 kilómetros. Unos 100.000.000.000 de dólares invertirán las autoridades del país anfitrión en infraestructura, según lo exigido por la FIFA.