En general en los casos de corrupción no quedan rastros. Una de las excepciones que rompió la regla es el caso donde se investigan los múltiples negocios oscuros que se realizaron durante los seis años en los que Ricardo Jaime manejó la Secretaría de Transporte en nombre del kirchnerismo.
Todo quedó registrado. Las huellas de la corrupción en la Secretaría de Transporte primero fueron reveladas por el contenido de los mails que guardaban las computadoras de Manuel Vázquez, asesor, hacedor de negocios y testaferro de Jaime. Y también quedaron plasmadas en los expedientes enviados desde España a los Tribunales argentinos. Allí, tal como lo reveló Infobae, quedó escrito en contratos firmados con empresas españolas que vendieron los trenes (la mitad de ellos inútiles) a la Argentina, que Jaime autorizó a Vázquez a cobrar comisiones (coimas) por dos millones de euros.
Y los españoles guardaron, y enviaron a la justicia Argentina, las facturas de las coimas. Están detallados cada uno de los pagos. Facturas emitidas por la consultora de Vázquez -asesor de Jaime- tanto en España como en Argentina. La empresa Expansión Exterior (dedicada a comercializar productos españoles en el mundo) vendió los trenes de las compañías RENFE y FEVE que compró la Argentina por unos 200 millones de euros. Esa empresa estatal española luego se llamó P4R. Ambas pagaron facturas que cobraron Jaime/Vázquez por sumas nada despreciables.
Las facturas a las que accedió Infobae forman parte de una causa judicial iniciada por los mails de Vázquez. Pero esa causa quedó anulada gracias a que la estructura judicial del kirchnerismo, respaldada por la inacción del fiscal Guillermo Noailles, determinaron que los mails no servían como pruebas de la corrupción. Ese material llegó desde Madrid y ya fue sumado al expediente en el que el juez Julián Ercolini y el fiscal Federico Delgado investigan, a partir de una denuncia de legisladores radicales, la compra de trenes españoles. Los legisladores de la UCR se basaron en un crítico informe de la Auditoría General de la Nación (AGN) sobre la adquisición del material ferroviario.
Los sellos de goma con los que Jaime/Vázquez blanquearon las coimas son los de Controles y Auditorias Especiales SL (CYAES) de España y Controles y Auditorías Especiales de Argentina (CAESA). Ambas sociedades se repartieron el cobro de poco más de dos millones de euros y fueron autorizadas por una carta de Jaime.
Las facturas son de cifras diversas. Las hay de 383 mil euros y de 255 mil confeccionadas en Madrid y en Buenos Aires con la misma fecha: 4 de mayo de 2007. Las facturas de mayores montos son del de 2007 y 2008 cuando la voracidad recaudadora de Jaime no tenía límites. En las facturas de CYAES quedó impresa otra de las falsedades del sello de goma armado por Vázquez y su socio español Miguel Ángel Lorente: decían, para dar la impresión de ser una empresa multinacional, que tenían sucursales en Madrid, Buenos Aires, San Pablo, Bucarest y hasta en Tirana, la capital de Albania.
En las de CAESA, en tanto, aparecen rubros por los que facturaron tareas que son incomprobables. En las boletas se lee: "Facturación repuestos", "facturación material rehabilitación (butacas)", facturación material de re mejoras y suministros", etc, etc. Las facturas de CYAES están firmadas por Lorente, en tanto las de CAESA fueron firmadas por otro testaferro de Jaime llamado Julián Soba Rojo, un hombre que figuraba en la compañía porque Vázquez -condenado por estafas y cheques sin fondos- no podía armar una sociedad.
La última muestra de la impunidad con la que se movía la gente de Jaime/Vázquez es la comprobación de facturas emitidas en el año 2011. En 2010 el diario Clarín reveló la existencia de los mails de Vázquez donde quedó grabada la corrupción de Jaime. Y meses después, a pesar de la exposición pública que tuvo el caso, tanto aquí como en España, siguieron haciendo negocios. Facturaron hasta los últimos 1278,99 euros que les restaba cobrar. Nada los detuvo. Tal vez ahora la Justicia pueda investigar a fondo lo sucedido con la compra de trenes a España.