Cristina Kirchner defendió el acuerdo con Irán y pidió respuestas del régimen de Teherán

Al brindar su discurso en la Asamblea General de la ONU, la mandataria sostuvo que "pasó un tiempo prudencial" para que los iraníes respondan sobre el memorándum. Además, habló de Malvinas, la crisis en Siria, los holdouts y el Papa

AFP 162
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Al brindar su discurso en la 68° Asamblea General de las Naciones Unidas, la presidente Cristina Kirchner defendió el acuerdo firmado con Irán para esclarecer el atentado a la AMIA, pidió al Reino Unido que responda a las resoluciones del organismo, hizo una crítica del Consejo de Seguridad, se refirió a la situación en Siria y criticó a los "fondos buitres".

Acuerdo con Irán y pedido de respuestas
La mandataria volvió a defender el acuerdo alcanzado con los iraníes para intentar esclarecer el ataque contra la mutual judía de 1994, que produjo 85 muertos. "Argentina venía pidiendo la cooperación durante 10 años y cuando alguien dice 'vamos a cooperar', me parece que no había otra opción posible", señaló la Presidente.

Tras recordar las críticas que recibió en el país por la rúbrica del memo, la mandataria dijo que escuchó "atentamente" el discurso del presidente de Irán, Hassan Rohani. En ese sentido, Cristina Kirchner hizo una diferenciación con su predecesor, Mahmud Amadinejad.

"Esperamos que este nuevo gobierno, que dijo que de ninguna manera niega el Holocausto, y que manifestó que la sociedad iraní dio muestras en la última elección que se desplazó a quien tenía otras posturas por otras más moderadas tenga la vocación y la voluntad de hablar", agregó al respecto.

Luego, la jefa de Estado sostuvo que ya "pasó un tiempo prudencial", que la Argentina ya dio su aprobación al memo y que es tiempo de que Teherán se exprese al respecto. "Para que no se confunda nuestra paciencia con ingenuidad y estupidez, queremos respuestas. Lo merecen las víctimas y la República de Irán si quiere demostrar al mundo que hay acciones diferentes".

Durante su discurso, Cristina Kirchner volvió a denunciar que el Reino Unido "militariza el Atlántico Sur y envía submarinos nucleares", y reiteró el reclamo para que ese país respete la resolución de las Naciones Unidas para "sentarse a dialogar" por el diferendo sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

"No tenemos doble estándar, no somos hipócritas", planteó, al tiempo que remarcó la "necesidad de terminar con este doble estándar y de que se cumplan las resoluciones y decisiones de este organismo a rajatabla, para débiles y para fuertes, para grandes y pequeños".

La jefa de Estado recordó que la Asamblea y el Comité de Descolonización "obligaron a ambos países (Argentina e Inglaterra) a sentarse a dialogar porque hay controversia de soberanía" sobre las islas del Atlántico Sur.

En tal sentido, recordó que hasta el momento hubo un "caso omiso de parte del Reino Unido" y lamentó que "así seguimos con esto de los dobles estándares".

La mandataria afirmó que Argentina es "cumplidor serial de las normas del derecho internacional", pero también "víctima serial de otras normas no escritas por los grandes centros financieros y los fondos buitre".

Al respecto, Cristina Kirchner consideró que el país es rehén de "lobbistas y calificadoras de riesgo" que "compraron bonos a bajo precio y quieren vender a millones".

"El mundo necesita una normativa global para una gobernanza global. Pedimos una normativa y el respeto a la soberanía de los países, fundamentalmente de los que quieren cumplir", afirmó en alusión a los holdouts.

Críticas al consejo de seguridad

Al cerrar su discurso, Cristina reivindicó al papa Francisco por "su pasión y compasión" sobre la cuestión siria y "por los más vulnerables" y por "todas las víctimas de la violencia y la pobreza".

"No es la primera vez que escucho la palabra compasión, la oí hace muchos años en mi país y tal vez no la entendí por eso de la pasión que tengo. La pronunciaba alguien que hoy es Papa, a quien también le agradezco como cristiana la intervención que tuvo en la cuestión Siria", destacó la Presidente.

La jefa de Estado utilizó el concepto para pedir "compasión por los que menos tienen, los más vulnerables, los que no han hecho nada por merecer la miseria". "Compasión para los que son víctimas de la guerra, de la miseria, de la pobreza, de nuestros propios fracasos como dirigencia global", finalizó.