A pesar de las expropiaciones que realizó el Estado venezolano en los últimos años, los índices de producción marcan un pronunciado déficit. Según lo consignado por el periódico El Nacional, los registros de escasez se mantienen en un 20%, y en algunos rubros llega a más del 40%.
Uno de los sectores donde presenta mayor ineficiencia es el agroindustrial. De acuerdo a ese medio, el desempeño del nuevo órgano superior (Órgano Superior para la Defensa y el Control de la Economía) está en la mira por la falta de resultados y por eso se está revisando la logística por las fallas que se observan en el mercado.
"El Estado es el que controla cuántas toneladas de productos se deben despachar a cada región, no es el sector privado el que controla el abastecimiento ni el suministro", dijo un representante de la Cámara Venezolana de la Industria de Alimentos (Cavidea).
El Nacional, en tanto, proporciona datos que evidencian la fuerte presencia del Estado en el sector agroindustrial. En el caso del sector azucarero su presencia es del 63%; en la producción de harina precocida de maíz es más del 42%, 80% de la producción y procesamiento de café molido, 45% del arroz, 25% de los lácteos y 35% del trigo.
A pesar de esta fuerte presencia en el sector, según lo consignado por ese medio, el ámbito privado es quien abastece en gran parte al consumo masivo. Sin embargo, el viceministro de Alimentación, Carlos Franklin Celis, sostuvo que el Estado abarca 61% de las ventas y cobertura de alimentos con precios regulados.
Asímismo, el gobierno de Nicolás Maduro busca ampliar su participación a partir de la incrementación de la presencia de Mercal y Pdval como comercializadores de productos básicos.
"Estamos frente a un Estado agroindustrial poderoso, pero poco efectivo para revertir la escasez. Es profundamente ineficiente y el mejor ejemplo es el sector lácteo", disparó Rodrigo Agudo, experto en agronegocios.
A su vez, Agudo apuntó que la productividad de estas empresas que yacen bajo el ala del Estado oscila entre el 30% y 40% de su capacidad. A este déficit le atribuye problemas de gestión y por la orientación de la producción a programas de distribución social.