La Cámara de Representantes dejó sin fondos la reforma sanitaria de Obama

Se aprobó un proyecto de ley para evitar el "cierre" parcial del Estado federal y poder financiarlo hasta el 15 de diciembre

AP 163

La Cámara de Representantes de Estados Unidos, controlada por los republicanos, votó este viernes a favor de una iniciativa que busca retirarle el financiamiento al plan de salud del presidente Barack Obama, conocido como "Obamacare", en una arriesgada maniobra que podría amenazar con paralizar al Gobierno en semana y media.

Las diferencias se enfocan en una financiación de emergencia que permitirá el funcionamiento normal del Gobierno luego del 1° de octubre, cuando inicia el nuevo año fiscal.

En general, dichas medidas gozan de un amplio respaldo bipartidista, pero los activistas del movimiento conservador Tea Party obligaron a los dirigentes republicanos, en contra de su mejor criterio, a agregar una previsión que busca eliminar la financiación de la ley de cuidados médicos de Obama.

La votación de 230-189 preparó el escenario para un enfrentamiento con el Senado, controlado por los demócratas, que ha advertido que la próxima semana retirará del proyecto de ley esta disposición que busca retirarle fondos al nuevo plan médico. El Senado también busca conminar a la Cámara baja para que apruebe un proyecto de ley de financiación más simple y directo que pueda promulgar Obama.

El líder del Senado, el demócrata Harry Reid, dijo que el proyecto de ley no irá a parte alguna y tildó la posición de la Cámara de "pérdida de tiempo". La Casa Blanca prometió que Obama vetará la medida en el improbable caso de que llegue a su escritorio.

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El proyecto de ley de financiación temporal es necesario por el permanente atascamiento presupuestario que ha descarrillado las partidas anuales de gastos necesarias para financiar las operaciones de los organismos federales.

La polémica sobre las partidas de gastos más importantes tiene lugar mientras Washington se prepara para una batalla incluso más importante sobre el límite de endeudamiento del gobierno federal, a fin de que el Gobierno pueda pagar sus deudas. Los demócratas advirtieron que no serán hechos rehenes ni permitirán a los republicanos aprobar las medidas de endeudamiento como contrapeso para lograr las victorias legislativas que de otra forma no podrían obtener.

El representante demócrata de más peso, Steny Hoyer, dijo que la jugada republicana "es una acción descarada de tomar rehenes" alimentada por la "destructiva obsesión republicana de derogar la Ley de Cuidados Asequibles y su desmedida hostilidad con el Gobierno".

Los republicanos respondieron que la iniciativa era requerida para evitar un cierre gubernamental que retrasaría la paga de los empleados federales, enviaría a sus casas a los funcionarios federales no esenciales, cerraría los parques nacionales y clausuraría las oficinas de pasaportes.

Los programas esenciales como el control del tránsito aéreo, inspección de alimentos y la Patrulla Fronteriza seguirían funcionando y los beneficios de la Seguridad Social, Medicare y la mayoría de los elementos del nuevo plan de salud continuarían.