Toda la comunidad aymara de Frasquia en la que vive a href="https://www.infobae.com/" rel="noopener noreferrer" Carmelo Flores/a se vio sorprendida por la visita del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien quería conocer y saludar al hombre que asegura haber nacido hace 123 años, el 16 de julio de 1890, y que desde entonces vive a 4.000 metros de altura.
La nueva celebridad aun puede caminar, aunque tiene muchos problemas en su visión. Sigue comunicándose en el idioma de sus ancestros y no conoce el español. Por eso se dirigió a Morales a través de una reverencia y le habló arrodillado, en su lengua indígena: "Evo, te pido si me puede dar algo de dinero para que pueda comprar una pequeña casa para mi nieto en La Paz. ¿Me podrías ayudar?", le dijo.
Es imposible verificar la edad de Flores porque Bolivia recién comenzó a emitir certificados de nacimiento oficiales en 1940, aunque el Registro Civil ha dicho que intenta verificar las pruebas de la edad del aymara.
De todos modos, el Gobierno ya lo ha declarado Patrimonio viviente de la Humanidad y la noticia de su existencia fue celebrada en La Paz. Flores vivió brevemente en esa ciudad, a 80 kilómetros de su residencia actual, cerca del lago Titicaca.
"Llevarlo a la ciudad... darle comida de la ciudad es hacerle daño al abuelito. Le recomendaría a la familia, a su hijo, a sus nietos, bisnietos, que le den comida natural", dijo el presidente boliviano rodeado de micrófonos y de las sorprendidas miradas de la comunidad indígena.
René Flores, sobrino nieto del longevo, expresó el sentimiento familiar: "Nosotros nos quedamos sorprendidos, hermano. Nunca en la vida habíamos visto al presidente aquí. Estamos muy orgullosos de haber tenido un abuelo así, de tantos años".
A pesar de la campaña que el país sudamericano lleva adelante para certificar a Carmelo como la persona más vieja del mundo, la falta de certificados consolidados hace que por el momento el iLibro Guinness/i siga reconociendo en esa condición a la francesa Jeanne Calment, de 122 años.