Gesto de Francisco hacia las parejas divorciadas

Como Obispo de Roma, el Papa se reunió con los sacerdotes de su diócesis, y les dijo que la Iglesia debía "encontrar otra vía, en la justicia" para las personas separadas que se vuelven a casar, y que actualmente no pueden comulgar

AFP 162

Los fieles católicos deben "sentirse como en casa" en las parroquias y los sacerdotes deben "acompañarlos", dijo Francisco. Instó a los curas romanos a tener las iglesias abiertas todo el día, con la presencia de un confesor. Y en particular, les pidió que den una "cordial acogida" a las parejas no casadas.

El Papa alentó a los curas de su diócesis a usar una "creatividad valiente", al enfrentar el tema de los divorciados. Y a abrir la Iglesia a las "periferias existenciales", expresión frecuente en él, en este caso en referencia a las personas que no viven estrictamente de acuerdo a las reglas eclesiales.

En teoría, los fieles divorciados vueltos a casar no pueden comulgar. Pero Francisco, recordando que Benedicto XVI ya había empezado a abordar el tema, dijo que el deber de la Iglesia era "encontrar otra vía, en la justicia", para esos creyentes. Y anunció que era uno de los puntos de reforma respecto de los cuales el Vaticano podría avanzar rápidamente.

Ya en el viaje de regreso de Río, donde presidió la Jornada Mundial de la Juventud, el 29 de julio pasado, el Papa se había referido al tema en su charla con los periodistas a bordo del avión. En esa ocasión dijo que deseaba "repensar toda la pastoral matrimonial" y que el tema sería abordado en la reunión de la comisión de ocho cardenales que designó para que lo asesoren en el gobierno de la Iglesia y en la reforma de la Curia.

Habló específicamente sobre la "nulidad matrimonial" que era una de las soluciones para los fieles que desean volverse a casar de acuerdo al derecho canónico. "Hay que revisar este procedimiento porque los tribunales eclesiásticos no alcanzan para ello", había dicho entonces.

Ahora, el encuentro que mantuvo con los sacerdotes romanos fue privado y en su transcurso el Papa respondió a cinco preguntas sobre las dificultades de la misión parroquial. Según trascendió, aunque Francisco reconoció que hay problemas "muy graves" en la institución, tuvo un mensaje optimista: "La Iglesia no se derrumba. Nunca la Iglesia estuvo mejor que hoy; es un lindo momento de la Iglesia, basta con leer la Historia". Y agregó: "La santidad cotidiana de tantos hombres y mujeres suscita esperanza".