Hace seis meses, el 13 de marzo pasado, el mundo recibía el impacto de la noticia de que el nuevo Papa era un argentino, jesuita y candidato insospechado.
Poco después, ya se sentían los primeros efectos de esa novedad. El padre Federico Lombardi, quien ejerce la dirección de la Sala Stampa desde el pontificado de Benedicto XVI, hizo el siguiente balance, en entrevista con Radio Vaticano.
Preguntado sobre las tres principales novedades de este papado, respondió: "Yo diría que la primera novedad es el nombre, que me llamó la atención desde el principio: Francisco, un nombre nuevo, ningún Papa antes que él lo había tomado. Y, con el nombre de Francisco, está la misma explicación, dada por el Papa: 'pobres, paz, protección de la creación'. Y ya hemos visto - por lo menos en los pobres y la paz - que realmente son las características fundamentales de este pontificado, y de gran actualidad, como en las últimas semanas, este compromiso muy valiente por la paz en el Oriente Medio".
La segunda novedad que destaca Lombardi es el tener "un Papa latinoamericano", lo que implica "el fin del eurocentrismo de la Iglesia".
"Esto –dice- se vive en un sentido positivo, de ampliación de los horizontes: lo hemos vivido de manera particular durante la Jornada Mundial de la Juventud, donde vimos al Papa en su continente de origen y hemos comprobado que también su estilo es pastoral, su manera de tratar directamente con la gente, su lenguaje muy sencillo... Incluso los temas de atención a la pobreza, etcétera, provienen de un rico contexto eclesial, con una propia gran tradición, que ahora llega al corazón de la Iglesia con una fuerza y ??una mayor presencia".
Lombardi aclara por supuesto que "todos los Papas son universales".