Luego de que sorpresivamente Rusia solicitara a Siria que entregara sus armas químicas a la comunidad internacional, y su posterior destrucción, la comunidad internacional comenzó a ver con buenos ojos la iniciativa rusa. Incluso el proprio régimen de Bashar al Assad dio la bienvenida al intento de evitar un ataque de los Estados Unidos.
Francia, principal aliado de la Casa Blanca, fue otro de los que se alineó a la idea de una supervisión del arsenal sirio. Por eso, presentará al Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto vinculante que prevé "el control y desmantelamiento" de las armas químicas, según declaró el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius.
"Francia propondrá hoy a los miembros del Consejo de Seguridad un proyecto de resolución bajo el capítulo 7 que autoriza un recurso a la fuerza en caso de incumplimiento de las obligaciones", dijo Fabius a la prensa.
El ministro de Exteriores de Siria, Walid Mualem, confirmó que su gobierno "ya dio su acuerdo" a la propuesta presentada por Moscú, según citó la agencia Interfax. "Ayer (por el lunes) mantuvimos una sesión de negociaciones fructífera con el ministro de Relaciones Exteriores ruso Serguei Lavrov (...), y por la noche ya dimos nuestro acuerdo a la iniciativa rusa", declaró Mualem.
Por su parte, el grupo internacional defensor de los derechos humanos Human Rights Watch aseguró tener evidencia que "indica contundentemente" que las fuerzas de Al Assad utilizaron armas químicas en los ataques del 21 de agosto, cerca de Damasco.
En tanto, Rusia, principal defensor del gobierno sirio, reconoció estar trabajando en un plan "efectivo, concreto" para poner las armas químicas de Siria bajo control internacional y, a su vez, está discutiendo los detalles con Damasco, según explicó su canciller Sergei Lavrov.
En esa línea, el ministro de Relaciones Exteriores explicó que el plan será presentado pronto a las otras naciones y que la propuesta, que anunció el lunes, no fue completamente rusa, sino que surgió de los contactos con los Estados Unidos.
Otro de los países que se alineó a la iniciativa rusa fue Alemania, que en todo momento se opuso a una intervención militar. El canciller Guido Westerwelle puso a disposición a su país para la destrucción del arsenal químico.
"Tenemos considerable experiencia en destrucción de armas químicas. Y es bastante posible que Alemania participe en la destrucción, tanto a nivel técnico como a otros niveles", señaló el titular de la diplomacia alemana en Berlín.
Por otro lado, el jefe de la Liga Árabe, también mostró su apoyo a la propuesta rusa sobre las armas químicas sirias.